A 90 minutos de la perfección
Piqué y Neymar expresan determinación por la conquista de un triplete muy ansiado
Carles Puyol y Víctor Valdés se sometieron al escrutinio de los medios de comunicación en vísperas de la final de París del 2006. Repitieron comparecencia antes de las finales de Roma (2009) y Londres (2011). Lo que comenzó como una casualidad terminó convirtiéndose en una superstición, porque el éxito siempre sucedió a las opiniones del capitán y el portero. Pero a Puyol, que pretendía jugar hasta los 40, le retiraron las lesiones, y a Víctor el maldito ligamento cruzado le ha relegado a un papel secundario en el Manchester United. La pareja de talismanes fue sustituida en Berlín por Piqué y Neymar, dos elementos con presente y con futuro. Un defensa consagrado en busca de su cuarta Liga de Campeones (ganó una con el Manchester United) y un joven astro que aspira a estrenarse. El brasileño ha marcado en todos los partidos de cuartos y semifinales, y si consigue batir hoy a Buffon, al que de niño manejaba con los mandos de la Playstation, habrá conseguido un registro inédito. De momento es el tercer jugador de la historia del Barcelona que ha logrado un mínimo de nueve goles en una edición de la máxima competición europea, por detrás de Messi y Rivaldo.
Marcar en Berlín sería para Neymar cumplir un sueño de infancia. Insistió mucho en este punto el fenómeno brasileño en la sala de prensa del Olympiastadion. “He jugado muchas finales, pero creo que esta es la principal. Es el partido más importante de mi vida y por eso voy a hacer todo lo posible para salir ganador”. Junto a Messi y Luis Suárez forma la tripleta atacante más despiadada del momento. Los tres han sabido ensamblar con precisión unos perfiles muy diferentes para colectivizar e incrementar la producción realizadora. La clave de la alianza de genios no está sólo en torno a la pelota, según Neymar: “Lo principal creo que es nuestra amistad dentro y, sobre todo, fuera del campo. Eso viene muy bien”.
Al brasileño le mentaron la final del Mundial de clubs del 2011, cuando el Barça atropelló a su Santos (4-0) con un partido soberbio y volvió a reconocer que aquello fue una lección. Pero Piqué se muestra harto de los eternos careos con el Barça del triplete: “No sé si jugamos mejor o peor. Lo más importante es que de nuevo estamos en una final de la Champions. Odio las comparaciones, que cuando no ganába- mos bien hace un año o dos se nos comparara con el Barça de Pep. Odio que me comparen. Este es un equipo diferente, pero funciona. Creo que tenemos que centrarnos en este partido, seguir jugando como hemos jugado toda la temporada”. El equipo de Piqué dominó y no dejó ningún detalle al azar en las finales de Roma y Londres y esta vez el defensa supone que va a ser lo mismo, con un Barça a la ofensiva y un Juventus dedicado al cierre de costuras: “Estamos preparados, intentaremos atacar como siempre, robar el balón lo antes posible y cuando lo tengamos crear ocasiones. También podemos recurrir
“Odio que me comparen, este es un equipo diferente pero funciona”, replica el defensa
al contraataque. Este año tenemos más variantes y eso nos hace más fuertes”.
El defensa apeló a la ilusión del barcelonismo –“los sentimos como si estuvieran aquí, que animen desde casas, bares, desde donde se junten con amigos, es una gran final, hemos luchado mucho para llegar hasta aquí”– y aseguró que independientemente del resultado de hoy ha sido un gran ejercicio para el Barcelona: “Con la Champions quedaría para la historia. Sería la temporada perfecta. Doblete y final de la Champions lo hubiéramos firmado todos al principio, pero nos queda tan cerquita y estamos a 90 minutos de conseguir la perfección que vamos a intentarlo”.
Neymar lo intentará con su estilo, a pesar de la polémica de la final de Copa: “No voy a cambiar nada, voy a seguir haciendo mi juego para ayudar a mis compañeros, ya sea haciendo goles o regateando”.
“Es el partido más importante de mi vida y voy a hacer todo lo posible por salir ganador”