Una extracción por laparoscopia para el mañana
Cuando los oncólogos infantiles se enfrentan a una niña que va a perder su capacidad reproductiva por la quimio y tiene un buen pronóstico avisan al equipo de criopreservación. “Extraemos por laparoscopia el ovario y guardamos en trocitos de medio centímetro la parte exterior , donde están los foliculitos”, explica Josep M. Gris, de Vall d’Hebron. Para devolver ese tejido a la paciente adulta, utilizan de nuevo laparoscopia, insertarán ese material en la pulpa del otro ovario, el que quedó atrofiado. “Se pierden muchas células, pero hay tantos folículos, unos 300.000 en potencia, que se recupera la función”. La preservación de testículos infantiles aún está en fase experimental. ción del caso de esta joven madre, las sociedades europeas, americanas y mundial de fertilidad y preservación se han reunido en el Institut Dexeus para acordar un documento guía común sobre cómo reservar y en qué casos. “El 50% de los oncólogos en Estados Unidos no conoce siquiera esa posibilidad de preservar la fertilidad, así que la primera labor que nos proponemos es que este documento de consenso sea ampliamente conocido para que todos los profesionales puedan informar a sus pacientes de que existe esta opción”, explica Pere Nolasc Barri, presidente saliente de la sociedad internacional y líder de Salud de la Mujer Dexeus. En el documento no sólo se incluyen los cánceres infantiles, sino enfermedades inmunitarias que re-
Sant Joan de Déu, con un programa pionero, tiene guardados parte de los ovarios de 300 de sus pacientes
quieren quimioterapia, endometriosis adultas que provocarán infertilidad, el retraso voluntario de la maternidad y también la conservación de la capacidad reproductiva cuando hay un cambio de sexo. “Para algunas sociedades científicas, como la americana de endocrinología, el especialista debe informar al paciente que va a cambiar de género de que cabe esa posibilidad, aunque parezca un contrasentido”, apunta Barri.