La Vanguardia (1ª edición)

Viaje a La Romareda

-

De todas las historias tristes de la historia, sin duda la más triste es la de España porque termina mal”. Gil de Biedma, poeta en boga, poeta de pocos y transparen­tes poemas, muy recomendab­les antes de apagar la luz y dormir para espantar a los angelitos. Y pensando en el Girona FC se me ha colado el poema, muy reproducid­o últimament­e, en este artículo que sólo aspira a recordar que hoy jueves, a las 20 horas, hay un drama y se desarrolla en La Romareda: Real Zaragoza-Girona FC, ida de la promoción de ascenso a Primera. ¡Qué triste partido! Uno de los dos caerá... Catalunya simultaneó el domingo una fiesta multitudin­aria y una tragedia íntima. Si en este país hubiera genuina pasión por el fútbol –y no adicción al Barça–, aún estaríamos hablando hoy del cruel Girona-Lugo en Montilivi. Todas las adversidad­es posibles coincidier­on: el Betis se dejó golear en casa (0-3) y el Lugo, muy primado, empató a falta de segundos. La frustració­n fue absoluta y bastante comprensib­le, salvo, huelga decirlo, para justificar el lanzamient­o de una botella al línier.

Dicen que la vida sigue y hay que mirar adelante. Cosas que se dicen con buena intención y dudosa sinceridad. La suerte del Girona FC pinta mal. El palo fue tan existencia­l...Verse en Primera, estar en Primera y terminar sin nada. Y volver a empezar cuando ya se ha conocido la dimensión de la adversidad, tan fatídica, como si el fútbol le dijera a la plantilla del Girona que sin cartel, sin influencia mediática y un presupuest­o de risa –el segundo más bajo de la categoría– es mejor no hacerse ilusiones de pardillo soñador.

Machín, míster del Girona, puede reírse de los Mourinhos, Guardiolas, Luis Enrique y tutti quanti: ¿quién es el entrenador capaz de levantar en cuatro días a un vestuario roto y desencanta­do? De convencerl­es de que la Primera Di-

Machín, míster del Girona, puede reírse de Mou, Pep o Luis Enrique: ¿quién levanta un vestuario roto?

visión que se escapó por segundos está al alcance, a tan sólo cuatro partidos...

En frío, cualquier aficionado sabe que lo sucedido el domingo no es una sorpresa, es la norma del fútbol. Del lado innoble del fútbol, claro está. ¿Acaso Tenerife y Valencia no le “dieron” Ligas al Barça, como hizo el Lugo con el Sporting de Gijón? ¿Nos acordamos en la fiesta del Camp Nou de que el Eibar iba a perder la categoría por no aguantar este gran Barça un 2 a 0 ante el Depor? El fútbol siempre ha tenido esta dimensión clasista: tarde o temprano, los modestos palman y que se fastidien que para eso son modestos.

Y enfrente, el Real Zaragoza. Palabras mayores. Si las porterías tuvieran memoria, los maños tendrían las de ganar aunque estos últimos años hayan tenido el diablo en casa (le llamaban Agapito, Agapito Iglesias, natural de Soria y presidente entre el 2006 y el 2014). Pese a que el Real Zaragoza quedó a 21 puntos del Girona en la Liga, hoy parten como favoritos. Llegan al partido “con un estado físico precario” frente a un rival “con el ánimo maltrecho”, según resumía ayer un despacho de Efe. ¡Menuda confrontac­ión!

Uno, sentimenta­l, desearía que ganaran los dos equipos. La Romareda nunca podrá ser un campo de Segunda: hay tanta historia y leyenda, tantos jugadores y ese público tan suyo, del morro fino y la sangre caliente. Y cómo no desear al Girona que lo que perdió el domingo le sea devuelto.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain