Merkel y Hollande presionan a Tsipras para que claudique
Bruselas. Corresponsal La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, aprovecharon la cumbre eurolatinoamericana celebrada ayer en Bruselas para intensificar su presión sobre Alexis Tsipras para que ceda y permita cerrar cuanto antes un acuerdo sobre su deuda.
Tsipras había solicitado reunirse con ambos en los márgenes de la cita, pero la diplomacia franco-alemana echó balones fuera durante todo el día, poniendo en duda que se celebrara la cita bilateral y pidiendo a Grecia que acercara sus propuestas a las exigencias de sus acreedores, acordadas en Berlín la semana pasada con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo. A su llegada a Bruselas, Merkel aclaró que si Tsipras quería verles se verían y dejando claro que “si hay voluntad (política), es posible encontrar una salida”. “Tendremos un sólo mensaje: es el momento de trabajar, de no perder el tiempo y de no pensar en soluciones que serían malas para Grecia y para la zona euro”, apuntó Hollande.
El líder griego preparó el terreno para la cita con Merkel y Hollande, prevista para anoche, con encuentros con Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, y Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión, que en los últimos días ha salido escaldado de sus intentos de mediar por Atenas, pero desconcertó a sus socios viéndose también con un Gobierno de un país experto en quiebras y negociaciones con acreedores, Argentina.
Grecia y la eurozona han acercado posiciones sobre el recorte del déficit que se le exigirá durante los próximos años pero les separa todavía la reforma de las pensiones, una línea roja que
Tsipras desconcierta a sus socios viéndose con un país experto en quiebras, Argentina
Atenas se resiste a cruzar, y sobre todo una enorme fosa de desconfianza mutua. La aspiración de Tsipras es que la firma de las condiciones del segundo rescate abra la puerta a una prórroga por nueve meses más pero también a una reestructuración de su deuda, que permita a Grecia recuperar la estabilidad financiera.
“Si Grecia no se mueve ahora, mañana será demasiado tarde. Hemos llegado a un punto crítico, de decisiones con consecuencias históricas”, advirtió fuera de micrófono un alto cargo europeo implicado en las negociaciones. La compleja situación política en Atenas es motivo de preocupación en Bruselas. “Debería evitarse a toda costa la convocatoria de elecciones o de un referéndum, sería una huida hacia delante que dividiría a la población”, opinan las citadas fuentes.