Colau pide a sus escoltas que lleven ropa informal
gunas entidades y citó en concreto a la Assemblea Nacional Catalana (ANC), con quien Colau se reunió el lunes. Trias dijo sentirse perplejo y triste al comprobar que la futura alcaldesa no recibe la misma presión que sufrió él para firmar su compromiso con el proceso soberanista, la llamada hoja de ruta a la que BComú aún no ha querido adherirse.
Sobre su futuro, el aún alcalde anunció que no volverá a ser candidato. A su juicio no tiene sentido. Pero no quiso aventura nada sobre su posible relevo, aunque apuntó que en su actual grupo hay cuatro o cinco personas con capacidad para ostentar el cargo. Aseguró que esta decisión deberán tomarla CDC y UDC y es una cuestión que no le toca a él resolverla.
Mientras BComú organiza la sesión de investidura con una nueva liturgia, gente en la calle y guardería para entretener a los más pequeños, continúan las ofertas para participar en el nuevo gobierno de Colau. Así, por ejemplo, la actual gerente del Institut de Cultura, Marta Clari, pasará a la alcaldía como gerente de Recursos y pasará a depender de Jordi Martí. También han sido ratificados la mayoría de gerentes de distrito.
En este nuevo organigrama, empieza a perfilarse la dirección de la policía municipal. Ada Colau parece decantarse por una Guardia Urbana que dependa de ella y no de un concejal. Esa es la idea en este momento, aunque como todo en estos actos preparatorios del relevo municipal está sujeto a cambios y sorpresas, así como a ciertas dosis de secretismo. Se desconoce el objetivo final de esta voluntad de la líder de BComú de dirigir de cerca la policía local barcelonesa y algunas fuentes aventuran que para los miembros del futuro equipo de gobierno, la dirección de la Guardia Urbana no es una parcela de gestión apetecible. De hecho, hace días que se habla de que Colau ha ofrecido al que fuera director de la Escola de Policia de Catalunya, Amadeu Recasens, la posibilidad de incorporarse a un puesto de responsabilidad dentro del área de seguridad municipal. La cadena Ser daba ayer por hecho que la propuesta que le han hecho a este doctor en Derecho es la de ocupar la gerencia de la Guardia Urbana, que hoy mismo dejará vacía Joan Delort. Sin embargo, otras fuentes apuntan a que podría estar llamado a ocupar un puesto incluso superior, alcanzando una de las cuatro plazas de comisionado que el nuevo gobierno municipal ha decidido crear.
Recasens dejó sus cargos públi- cos vinculados al mundo de la seguridad en el 2006. Si finalmente este hombre –que trabajó en la época del PSOE en el Ministerio del Interior cuando Juan Alberto Belloch ocupaba esa cartera y que después dirigió la Escola de Policia tanto con CiU como durante una parte del periodo tripartito– se hace con el control de la Guardia Urbana de Barcelona, se encontrará con un cuerpo cargado recelos y, sobre todo, de perplejidad. Esa estupefacción se fundamente, entre otros motivos, en que todavía ayer por la tarde nadie de la órbita del nuevo equipo de gobierno se había acercado ni a la gerencia ni a la escala de mandos para mantener el más mínimo contacto o preparar el relevo.
El gerente, Joan Delort, cumplirá su palabra y se marchará “cuando expire el mandato”, tal
VEHÍCULO OFICIAL La futura alcaldesa no llevará el Audi y ordena a su equipo de seguridad usar un Seat
EL DEBATES OBERANISTA Trias criticó a la ANC por mostrarse complaciente y no presionar a Colau
IN COMUNICACIÓN Ningún responsable de BComú se ha puesto en contacto con la Guardia Urbana
ELOR GANIGRAMA La mayoría de los gerentes de distrito han sido ratificados en el cargo
como explicó a sus colaboradores. El final de la cuenta atrás se cumple hoy al mediodía. Ese es el límite si alguien quiere contactar con él. Se da la circunstancia de que Delort forzó el cese de Recasens cuando durante el mandato de Joan Saura como conseller de Interior fue nombrado secretario de Seguridad. El lunes, el hoy todavía gerente de la Guardia Urbana, volverá al Departament d’In- terior donde tiene en propiedad una plaza de funcionario.
Pero si en la escala política los contactos hasta ahora han resultado nulos, en el ámbito operativo han resultado del todo inexistentes salvo por un corto y chocante encuentro que la propia Colau mantuvo el pasado miércoles con el equipo de escoltas de la Guardia Urbana que se encargará de su seguridad. Se presentó. Les deseó lo mejor y les garantizó que seguirían en su puesto. Sin embargo, les hizo dos advertencias. La primera es que deben abandonar inmediatamente el uso de traje y corbata y que han de moverse con ella en ropa informal. El segundo aviso que lanzó hace referencia al coche que eventualmente pueda utilizar para realizar algún traslado. Colau no quiere el Audi de alta gama que tiene asignado el alcalde. Ha comunicado a la escolta que debe utilizar una modesta unidad de Seat Altea. Ese ha sido el contacto del equipo de gobierno de BComú con la Guardia Urbana.
Existen, sin embargo, rumores cada vez más insistentes que señalan que personas cercanas al futuro gerente del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Martí, se habrían acercado discretamente al actual jefe uniformado de la Guardia Urbana, el intendente mayor Evelio Vázquez, intentado convencerle para que al menos no deje el cargo de manera inmediata, cuando no para que siga en su puesto de forma indefinida. Vázquez no se ha pronunciado al respecto y, al menos por ahora, se sigue dando como buena su intención de dejar el cargo tal y como muy recientemente confesó a un grupo de altos mandos del cuerpo que lidera.