Purga en el Gobierno polaco a cuatro meses de las elecciones
El Ejecutivo de centroizquierda intenta evitar un descalabro en las urnas
Varsovia. Corresponsal El Gobierno polaco –de centroizquierda– se ha visto forzado a destituir a varios altos cargos, incluidos algunos pesos pesados, para mejorar su dañada reputación y frenar la caída libre en los sondeos de cara a las elecciones parlamentarias previstas para octubre. La oposición nacional-católica pidió ayer la dimisión del Gobierno en pleno y el adelanto de las elecciones.
La presidenta del Gobierno, Ewa Kopacz, que hasta ahora no se ha distinguido por tomar decisiones firmes y rápidas, sorprendió el miércoles a la opinión publica al anunciar la destitución fulminante de cuatro ministros –entre ellos el de Hacienda–, dos viceministros, el presidente de la mesa del Parlamento y el jefe de su equipo económico.
La purga en el Gobierno ocurre pocas semanas después de la sorprendente derrota electoral del presidente Bronislaw Komomrowski, procedente de la liberal Plataforma Cívica, a manos del casi desconocido candidato de la oposición nacional-católica, Andrzej Duda, debacle que sonó como un timbre de alarma para los liberales, a escasos cuatro meses de las parlamentarias. La derrota, que cogió al Gobierno desprevenido, provocó un pánico entre los liberales y un desliz en los sondeos que, por vez primera en ocho años, auguran su posible derrota. Además de las destituciones, el Gobierno también ha anunciado una serie de medidas apresuradas para recuperar la simpatía popular.
El motivo inmediato de la purga es la publicación en Facebook de decenas de escuchas ilegales realizadas hace unos años por unos camareros sobornados por un oscuro empresario en reservados de restaurantes de lujo, en las que destacadas figuras del Gobierno liberal departían con desparpajo y con un lenguaje a veces soez sobre política interna y exterior. Pero ni el escandalo ni el contenido mismo de las escuchas eran secreto desde hacía mucho tiempo, ya que la fiscalía había investigando el caso desde que las grabaciones fueron filtradas a la prensa el año pasado. Como resultado del escándalo, los ministros de Interior y Exteriores fueron entonces relevados.
Pero es ahora cuando la jefa del Gobierno ha determinado que el escándalo era un lastre y ha decidido actuar. “En nombre de Plataforma Cívica pido perdón a los polacos. No voy a permitir que se siga jugando políticamente con las escuchas en el época preelectoral”, dijo Ewa Kopacz para justificar la sacudida de su Gabinete. La jefa de Gobierno también ha anunciado que buscará el relevo del fiscal general, a cargo de la investigación, que tras doce meses no ha dado ningún resultado.
El partido del Gobierno tiene muy poco tiempo para recomponer sus filas y convencer a los polacos que le sigan votando. Pese al sólido y sostenido crecimiento de la economía polaca, que en 2015 alcanzará casi el 4%, la recuperación todavía no se nota en la calle y el desgaste del Gobierno es manifiesto. La oposición nacionalcatólica, que acaba de ganar la presidencia de la república, encabeza los últimos sondeos con varios puntos de ventaja sobre los liberales de Plataforma.
El detonante han sido las grabaciones ilegales en un restaurante con políticos despotricando sobre temas varios