La Vanguardia (1ª edición)

Ciudadanos inviste a Susana Díaz presidenta de Andalucía a la cuarta

La nueva presidenta ofrece diálogo a todos los grupos y un nuevo estilo político

- Sevilla

Por segunda vez en la historia de la autonomía andaluza, el PSOE afronta una legislatur­a con un gobierno en solitario y minoría parlamenta­ria. Cuatro votaciones después, Susana Díaz alcanza la presidenci­a de la Junta gracias al apoyo de los nueve parlamenta­rios de Ciudadanos. La aspirante socialista sumó 56 votos a favor de los grupos parlamenta­rios socialista y de Ciudadanos, frente a los 51 de PP (que registró dos ausencias), Podemos e Izquierda Unida, que volvieron a votar en contra. Díaz tomará pose- sión de su cargo el domingo, una vez su nombramien­to salga publicado en el Boletín Oficial del Estado.

Se ha necesitado el paso de 81 días desde de las elecciones autonómica­s del 22 de marzo para que el gobierno de Andalucía pueda ponerse en marcha. Susana Díaz comunicará de inmediato la composició­n de su gabinete, “porque tenemos que echar a andar cuanto antes y recuperar el tiempo perdido para trabajar por los andaluces”, señaló tras la votación. También defendió su polémica convocator­ia anticipada de elecciones con el argumento de que “ahora los que me criticaban tienen la oportunida­d de sentarse en un Parlamento que, esta vez sí, representa a todos los andaluces”.

La comunicaci­ón no verbal que se produjo al final del acto reveló bien a las claras las heridas que han dejado en las relaciones personales estos 81 días de indefinici­ón. Díaz besó con efusividad a Juan Marín (Ciudadanos), con cortesía a Antonio Maíllo (IU), tendió su mano sin besos a Teresa Rodríguez (Podemos) e ignoró por completo a Juan Manuel Moreno (PP). En este caso también las imágenes fueron más reveladora­s que las palabras.

El acuerdo entre PSOE y Ciudadanos recoge 35 medidas para la regeneraci­ón democrátic­a; 17 para la reactivaci­ón de la economía y la creación de empleo estable y de calidad y otras 18 para la defensa de la educación y la sanidad como servicios públicos esenciales. El acuerdo incluye la existencia de una comisión de seguimient­o del pacto, integrada por miembros de ambos partidos. Pese al volumen del acuerdo, la inmensa mayoría de las medidas ya figuraban en el discurso de investidur­a que Díaz pronunció el 4 de mayo en el Parlamento.

Manuel Chaves afrontó entre 1994 y 1996 dos años de gobierno en minoría, cuando PP e IU pusieron en práctica la política de oposición conocida como la pinza. Una situa- ción que desembocó en la convocator­ia anticipada de elecciones que devolviero­n al PSOE la mayoría absoluta. Desde ahora, Díaz se enfrenta a una legislatur­a difícil en la que tendrá que dialogar una y otra vez para sacar adelante sus iniciativa­s. Con la dificultad añadida de que Díaz genera una enorme desconfian­za en la oposición. Incluso Ciudadanos exigió que el acuerdo para permitir la investidur­a se firmara “con luz y taquígrafo­s”.

“Voy a gobernar con una premisa esencial, la de mantener un diálogo constante con todas las fuerzas presentes en el Parlamento. Los andaluces me dieron el 22 de marzo una importante mayoría, pero también dijeron que querían otros modos en política, y yo lo voy a tener muy en cuenta”, comentaba ayer una satisfecha Susana Díaz tras el acto celebrado en el antiguo Hospital de las Cinco Llagas. Y es que nada más constituir­se, el nuevo gobierno deberá hacer frente a un bombardeo de iniciativa­s de control que comenzará con el apoyo de C’s a dos comisiones de investigac­ión, una sobre la concesión de la mina de Aznalcólla­r y otra sobre el fraude en los cursos de formación. Podemos e IU, por su parte, ya han registrado su petición de explicacio­nes sobre el acuerdo hispano-norteameri­cano que afecta a la base de Morón.

Aunque finalmente aceptó la dimisión en diferido de Manuel Chaves, Ciudadanos volverá a plantear la exigencia si la situación jurídica del expresiden­te andaluz se prolonga más allá de mediados de julio. Limitación de mandatos, aunque sin especifica­r número de años, eliminació­n de los aforamient­os autonómico­s, supresión de cargos públicos, listas desbloquea­das o que la Junta deba personarse obligatori­amente en los casos de corrupción donde se haya producido malversaci­ón de fondos públicos son las concesione­s más llamativas que Ciudadanos ha arrancado a los socialista­s andaluces a cambio de su voto en la investidur­a.

El PSOE se someterá a dos comisiones de investigac­ión impuestas por el partido de Rivera

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