El coste del éxodo juvenil: 3.000 millones en Barcelona
El Consell Econòmic i Social de Barcelona alerta de la pérdida de la inversión en formación de los jóvenes que no prevén regresar
Unos 11.000 jóvenes de entre 18 y 29 años se estima que marchen de Barcelona durante el periodo 2014-2024 en busca de mejores oportunidades laborales en el extranjero. Este éxodo implica una pérdida de 2.716 millones de euros, si se contempla que el nivel de formación de este colectivo es el mismo que el de la media del conjunto de España, o de 3.380 millones si ha cursado formación universitaria y/o secundaria superior, indica el informe Emigració i població barcelonina resident a l’estranger, presentado ayer por el Consell Econòmic i Social de Barcelona (CESB).
El CESB toma como referencia otro trabajo del Instituto de la Juventud de España (Injuve) en el que se cifra el importe del coste de formación y la pérdida de ingresos fiscales por rentas de trabajo de los alrededor de 43.600 jóvenes (18-29 años) que emigrarán cada año (del 2014 al 2024); en el caso de Barcelona serían mil anuales. Una vez calculada la inversión en educación se cuantifica su impacto sobre el PIB, que oscilaría entre el 2,5 y el 3,4% (cifras de 2013). También hay que contabilizar la repercusión económica de la migración por la disminución de ingresos fiscales debido a la caída de futuros contribuyentes (entre el 2 y el 2,2% del PIB de 2013). Así entre las pérdidas por lo invertido en educación y lo que se deja de ingresar en impuestos, a nivel global, se esfuman entre 46.000 y 57.000 millones de euros, en función del nivel formativo del que emigra.
Vicenç Tarrats, presidente en funciones del CESB, subraya que los datos que se manejan sobre la migración son dispares y reclama a las administraciones un esfuerzo para profundizar sobre las consecuencias de la marcha de la población juvenil e intentar frenar la fuga de talento.
Edgar Gonzàlez, doctor en Inteligencia Artificial de 34 años y número uno de su promoción en la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), dejó Barcelona en 2012 para trabajar en Google, en Mountain View, cerca de San Francisco. Tres años después, Gonzàlez no tiene intención de regresar, al menos a corto plazo. Hace unos meses concluyó un proyecto sobre su especialidad, la aplicación de técnicas del lenguaje natural para obtener resultados más precisos en las búsquedas,
Emigración de barceloneses de 15 a 29 años
Sin estudios
Primaria
Bachillerato elemental
Bachillerato superior
Universitarios y graduados superiores
Evolución, en miles
2009
80
iniciando recientemente otro en el que lidera un equipo. “Mis planes son quedarnos aquí (junto a su mujer, farmacéutica) una temporada, estoy aprendiendo mucho, aunque uno siempre tiene en la cabeza la idea de regresar a largo plazo a Europa. Si tuviera la oportunidad de volver a Barcelona dentro de unos años con un trabajo igual de bueno, por supuesto que vendría, pero falta que llegue una oportunidad así”, contaba Gonzàlez ayer desde San Francisco.
Este treintañero altamente cualificado formaría parte de ese cerca del 1% de personas que, entre el 2008 y el 2014, perdió el padrón de Barcelona. Pero “en el tramo de población de 16 a 29 años se ha perdido el 16,1% de los efectivos”, cita el informe que también hace hincapié en que los residentes extranjeros en la ciudad bajaron un 7,9%.
El CESB destaca que entre 2008 y 2014 se han destruido el 9% de los puestos de trabajo en la provincia de Barcelona y que el 25,7% de estos empleos eran ocupados por personas de nacionali-
Edgar González, ingeniero informático, marchó de la ciudad para trabajar en Google, en Mountain View
dad extranjera, que constituyen el grueso (90, 5%) de los que emigran.
El CESB insiste en que “la falta de datos fiables” impide conocer el alcance del fenómeno migratorio de Barcelona. No se puede determinar con exactitud el número y destino de las personas. Así, el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE) estima un incremento de 8.464 personas de 15 a 29 años entre 2008 y 2014, mientras que el padrón municipal detecta una pérdida de 39.976, lo que indica “que sólo un 21,2% de estas personas se han inscrito en los registros consulares del exterior”.
En el contexto de la crisis económica se han detectado tres tipos de estrategias migratorias entre los jóvenes: los que van a estudiar fuera y buscan la manera de quedarse en el país de destino; los que trabajan, aquí, en una multinacional y se trasladan a otro país con la misma compañía, y los que están en el paro y buscan, sea como sea, una ocupación en el extranjero.