Terra ignota
Los costes de la integración de Catalunya soberana en la Unión Europea siguen envueltos en una espesa niebla por la ausencia de precedentes
Terra ignota. Los riesgos de la integración de una hipotética Catalunya independiente en la Unión Europea sigue siendo terreno desconocido. O mejor, siguen envueltos en una espesa niebla ante la ausencia de precedentes en este tipo de transiciones y los complejos perfiles jurídicos e institucionales que la rodean, según se concluye de unas jornadas organizadas ayer por Diplocat (el Consell de la Diplomàcia Pública de Catalunya) y celebradas en el recinto modernista del Hospital de Sant Pau. “Terra ignota” calificó el historiador Fernando Guirao, para quien “el mercado único europeo se ha construido rompiendo las legalidades internacionales”. Guirao indicó que ni el golpe de los generales griegos en 1967 ni los fusilamientos de la España de Franco de 1975 fueron impedimento para la posterior integración de Grecia y España en Europa. “¿Por qué debería Europa tratar de peor manera a una república catalana que a regímenes dictatoriales como aquellos”.
Territorio desconocido, pero en según qué casos cuantificable. Jaume Ventura, economista investigador en el Centre de Recerca en Economia Internacional (CREI), indicó que “en el peor de los escenarios” -esto es, una Catalunya fuera de la Unión Europeala penalización de los costes de nuestros productos bajo la forma de aranceles u otro tipo de barreras (como le ocurre a EE.UU. o Argentina), no sería superior al 5%, lo que tendría un impacto en el PIB de entre el 0,8% y el 0,9%. “Pero repito. Esto suponiendo que quedemos fuera. Y francamente, no veo por qué deberían castigarnos nuestros socios europeos” precisó Ventura.
Mucho más ácida fue la discusión entre Jordi Galí, director del europeos se convertiría en sentido común”. Y señaló que ésta era la máxima que prevalecía ante un escenario que no está ni regulado ni previsto.
Mucho más realismo que pragmatismo fue el que expresó Graham Avery, senior del St Antonys’ College de la Universitad de Oxford, para quien “en estos procesos, imagino que los políticos saben también que los mercados financieros tienen algo que decir”. Avery, un hombre que siguió de cerca la evolución financiera en el Reino Unido ante la posibilidad de una secesión en Escocia, admi-