Castigo telúrico
Tres días de cárcel y una multa para los turistas que se desnudaron en un monte sagrado de Malasia y fueron acusados de causar un terremoto
LPekín. Corresponsal a justicia malaya se mostró tolerante ayer con los cuatro jóvenes turistas a quienes las comunidades indígenas habían acusado de provocar el terremoto que azotó la región de Sabah al desnudarse en lo alto de la montaña sagrada del Kinabalu y enojar a los espíritus de sus antepasados. Un tribunal los condenó a tres días de cárcel y a pagar una multa después de que asumieran su culpabilidad.
El juez del tribunal de Kota Kinabalu condenó por conducta obscena a los dos hermanos canadienses, un holandés y una británica que encendieron los ánimos de la población local al fotografiarse desnudos. Les impuso una pena de tres días de cárcel y una multa de 5.000 ringgits (unos 1.200 euros). Después serán expulsados del país, según The New Straits Times de Kuala Lumpur.
Los hermanos Petersen, Lindsey (23 años) y Danielle (22), así como la británica Eleanor Hawkins (24) y el neerlandés Dylan Snel (23) han obtenido este veredicto a cambio de declararse culpables. Lo cuatro apelaron a una sentencia indulgente y expresaron su disposición a llevar a cabo una disculpa pública para mostrar su arrepentimiento. Durante la vista, su abogado alegó que ignoraban la cultura y las creencias locales, así como que el Kinabalu es un lugar sagrado para las comunidades indígenas.
Los cuatro jóvenes se han visto envueltos en esta situación por una suma de infortunios. Su reto de fotografiarse desnudos en la cumbre de la montaña, a más de 4.000 metros de altura, el pasado 30 de mayo, fue seguido por un terremoto de 5,9 grados en la región seis días después. Un seísmo que causó 18 muertos y fue interpretado por las comunidades indígenas como una reacción de los espíritus de sus antepasados, que están enterrados en las estribaciones del monte Kinabalu.
Los cuatro forman parte del grupo de diez turistas occidentales que se desnudaron aquel día. Ellos totalmente, ellas en topless. Pero son los únicos que hasta el momento la policía ha podido identificar y detener y, por tanto, sobre quienes las comunidades indígenas han descargado su ira.
Su pesadilla todavía no ha terminado. Se han enfrentado a la justicia civil, que les ha aplicado una pena leve. “Esperemos que este caso sea un precedente y un recordatorio a los turistas para que respeten las culturas asiáticas y los valores morales”, dijo el fiscal Jamil Aripin tras anunciar- se la sentencia. Pero les queda el tribunal de usos y costumbres de las tribus locales, que todavía no se ha pronunciado.
El consejo de ancianos de la tribu kadazan-dusun está reunido desde principios de semana y aún no ha emitido un veredicto. Debe decidir qué castigo les impone y qué ritual deben realizar para apaciguar a los espíritus. Por el momento los cuatro jóvenes han declarado ser conscientes del daño que con sus acciones habían causado a la población local.
La cuestión es saber si su arrepentimiento será suficiente. En caso contrario, podrían verse emplazados a pagar los gastos de la ceremonia de sacrificio para calmar a estos espíritus. Un coste que sería equivalente al número de animales sacrificados que el consejo de ancianos, tras haber escuchado al chamán, considere suficientes. La cifra podría ser elevada ya que un jefe local avanzó a principios de semana que en esta ocasión será necesario sacrificar a varios búfalos de agua –y no unos simples pollos o cerdos–, animal muy preciado en la región dados los múltiples usos que les dan a estas bestias.
Además de la multa de 1.200 euros, deberán pagar los animales que serán sacrificados para aplacar a los espíritus