Cadaqués abre el homenaje al artista en su último día
El museo local exhibe desde ayer 37 obras inéditas
Horas antes de que el corazón de Antoni Pitxot dejara de latir, en su Cadaqués del alma, municipio donde el artista había fijado su residencia en 1966 y cuyo paisaje mineral y árido tanto le había inspirado, se presentaba la última de sus exposiciones, concebida como un homenaje a la larga amistad y estrecha colaboración que mantuvo con el genio Salvador Dalí y con el paisaje de Cadaqués como nexo de unión entre ambos.
Una exposición única por muchas razones. En primer lugar por su contenido, ya que alberga obra de Pitxot jamás vista en España; en concreto treinta y siete óleos realizados entre los años 1968 y 1972 que forman parte de la colección particular de la familia italiana Dalle Molle, pero también por ser la muestra de mayor envergadura (85.000 euros de presupuesto y dotada de vigilancia las 24 horas al día) que ha acogido el Museu de Cadaqués en los últimos años. “Es justo y necesario reconocer a una persona, que como Dalí está muy vinculada al municipio”, explicaba ayer por la mañana el alcalde en funciones, Joan Figueras. El Ayuntamiento, que le había declarado hijo predilecto hace unos meses en sesión plenaria, tenía previsto en breve entregarle en un acto público la placa que le acreditaba como tal.
La exposición Dalí. Pitxot. Cadaqués. Entorn la pintura, que incluye también 30 dibujos que Salvador Dalí realizó para el tratado 50 secretos mágicos para pintar, así como una veintena de instantáneas del fotógrafo personal de Dalí, Melitó Casals, Meli, se divide en siete ámbitos temáticos. La muestra arranca con la figura del Violonchelista, una alusión a su familia. Su padre, Ricard Pichot, discípulo de Casals, fue violonchelista y fue pintado por Dalí en 1920. Entre los óleos de la colección Dalle Molle, nunca ex- puestos en España, hay también autorretratos, paisajes minerales, figuras femeninas, mitologías y alegorías realizados con el singular proceso de creación de Pitxot: primero crea figuras, conjuntos escultóricos o composiciones con piedras, recogidas cerca de su en- torno, que luego traslada a la tela. “La península del Sortell y la playa de la Conca son dos de los principales lugares de inspiración de Pitxot”, destacó la directora del Centre d’Estudis Dalinians de la Fundació Dalí y comisaria de la exposición, Montse Aguer que califica la muestra como “una gran lección de pintura”. De entre las obras expuestas destaca Cielo invernal con ciprés (1972), el primer cuadro que Dalí contempló cuando visitó a Pitxot en su estudio. El fotógrafo Meli capta, con algunas de las imágenes que aparecen en la exposición, el proceso de creación del Teatro Dalí de Figueres como los monstruos grotescos que aparecen en el patio y en los que Pitxot colaboró.