Pilma frente a Vinçon
Mientras hace unos días los propietarios de Vinçon anunciaban el cierre de la emblemática tienda de paseo de Gràcia, durante años bastión del diseño barcelonés, esta semana otra de las tiendas emblemáticas de la capital catalana, Pilma, lucía sus mejores galas en la nueva Diagonal.
En su comunicado de despedida, Vinçon justificaba su cierre asegurando que para vender al turismo tenía que cambiar su portfolio de productos. Curioso argumento en una de las vías comerciales más rentables de Europa, precisamente por su atractivo turístico. El miércoles, Pilma presentaba la ampliación de su línea Travel, ya que la renovación de la avenida Diagonal ha incrementado considerablemente la afluencia de turistas internacionales. Y los turistas, especialmente de origen asiático y americano, muestran especial interés por los artículos de viaje de lujo. La diferente respuesta a la crisis ha marcado el destino de dos empresas de perfil similar (familiares y con locales en propiedad).
Si Vinçon, hace no muchos años famosa por sus escaparates innovadores, lamentaba el desplome del cliente local, Pilma se lanzó recientemente a exportar el diseño barcelonés a mercados europeos. La época en la que el comerciante se sentaba tras el mostrador a esperar clientes ha quedado atrás y las colas en Vinçon por Navidad son historia enterrada por años de crisis. Hoy las empresas sólo sobreviven si consiguen adaptarse a los gustos del consumidor y adaptar la gama de productos es básico para seguir vendiendo. El escaparate de Vinçon luce ahora entre sombras, mientras que el de Pilma estrena iluminación.