Lateledeinternet.com
Conozco a José Luis desde los días de la facultad. Cree en el periodismo como herramienta en beneficio de la sociedad, de la gente. “¡Ojalá hubiésemos tenido internet a los 15 años!”, me dice... Lo tenemos ahora, y ahora ha decidido usarlo: aúna su experiencia televisiva y sus ganas, y acaba de montar Lateledeinternet.com. Es una televisión por internet con filosofía social y colaborativa: los socios la sostienen con sus cuotas, y pueden participar en directo. Le entusiasma que la tecnología permita que su sueño personal se convierta en proyecto colectivo. Para consolidarlo, abre desde su portal (www.lateledeinternet.com) una línea de micromecenazgo durante este mes. Sí, pero manda el que manda: es la lacra de todas las televisiones públicas, el gobernante de turno tiene la última palabra.
¿Todas las públicas por igual?
Sí, todas. No digo que en muchos casos y momentos no haya flexibilidad política para dejar trabajar a los periodistas con criterios profesionales, pero...
¿Hizo algo que le incomodó?
No lo hice..., y por eso no me dejaron quedarme: de 1.300 trabajadores, despidieron a 900; de cincuenta jefes, a uno.
¿Qué no hizo?
Un día me dice mi jefe: “Haz para esta noche un vídeo sobre Esperanza Aguirre, pero como el del mediodía”. Miré el del mediodía y me pareció malo, lo rehíce, monté mi vídeo y lo emití. Al día siguiente, bronca.
¿Por qué?
“¿Qué has hecho?”, me espetó mi jefe. “Un vídeo mejor”, respondí. “Sí, para enmarcar en la universidad –me dijo–, ¡pero te dije que lo quería como el otro!”. “Pues no me pidas más a mí que lo haga... –le expliqué– porque volveré a hacerlo bien”. Y dejaron de pedirme nada más. El criterio informativo no era lo que querían, era otra cosa.
¿Cómo llegó a Telemadrid?
Antes estuve en el canal 24 horas de TVE: se inauguró y fui su primer presentador nocturno, de medianoche a ocho de la mañana. Es estimulante empezar algo nuevo...
¿Y qué pasó?
Llegó a TVE el equipo de Ernesto Sáenz de Buruaga, yo no tenía padrino... y puso a otro.
¿Dónde nace su vocación periodística?
De niño, en casa, mientras pegaba con mi madre cupones de ahorro del hogar, porque éramos pobretes, escuchábamos la radio.
¿Qué programas?
Recuerdo España para los españoles, que dedicaba canciones. Luego admiré a Constantino Romero, Josep Maria Bachs, José María Pallardó... Y quise ser locutor de radio.
¿Lo consiguió?
¡Sí! Cursé Periodismo y trabajé en Radio Minuto, Radio Corazón, Radio Miramar... Y en 1990 me fui a Madrid, a Radio España, y luego a TVE y Telemadrid.
¿Cómo le sentó lo del ERE?
Se veía venir. Sinceramente, yo me lo tomé como una liberación. Aquello estaba acabado, y yo anhelaba hacer otra cosa nueva.
¿Televisión por internet?
Los adolescentes ya no ven televisión convencional. Cada vez más, organizamos en nuestra pantalla de ordenador y tabletas lo que nos da la gana ver.
Y ha añadido la participación.
El telespectador puede conectarse por videollamada y preguntar en directo.
¿Cuál es su sueño?
Seguir haciendo lo que me gusta y ayudar. ¿Qué más puedo querer? Y cuantos más socios seamos, más podremos ayudar.
VÍCTOR-M. AMELA