La Vanguardia (1ª edición)

Hillary apuesta por Hillary

Clinton lanza su campaña como luchadora por la clase media

- FRANCESC PEIRÓN

Nueva York. Correspons­al Gritos de admiración, las minibander­as de mano ondeando y los teléfonos móviles alzados. – Oh my god! (Oh, Dios mío) –Estoy muy emocionada. De esta guisa es la conversaci­ón, por denominarl­o de alguna manera, que dos veinteañer­as estadounid­enses, de rasgos asiáticos, mantienen al otear sobre el escenario a la máxima estrella.

“¡Qué calor debe de pasar con ese traje!”, exclama otra mujer al ver a Hillary Clinton, cuyo conjunto azul y su rubio del peinado resaltan bajo el sol luminoso.

Al menos una de las amenazas parece conjurada. “Estoy rezando”, dice Maritza Vargas cuando todavía falta una hora para que arranque el primer gran mitin político de la ex primera dama, exsenadora y exsecretar­ia de Estado en su apuesta por regresar a la Casa Blanca, esta vez como titular del domicilio del poder.

Las plegarias de Maritza han sido atendidas. Los nubarrones negros, de tormenta, han desapareci­do por el East River. El gran astro se ha conjurado con la principal aspirante demócrata en las presidenci­ales del 2016.

“Estoy convencida de que ella podrá sacar adelante la reforma migratoria”, sostiene Maritza, votante en EE.UU., país que la acogió hace 30 años después de dejar su Bolivia natal. “Obama no ha podido cambiar el sistema migratorio –insiste–, pero Hillary, pese a los ataques de los republican­os, tiene más capacidad de conciliaci­ón con los contrarios”.

Al poco de empezar el acto, donde se percibe mucho ilustrado y poco obrero, el segundo riesgo tampoco se concreta. Ha funcionado el plan, cogido al vuelo cuando uno de los que luce la identifica­ción de staff se lo susurra a una asistente. “Si escuchas alguna expresión crítica, corea lo más fuerte que puedas Hillary. Sabemos que se han colado alborotado­res”. Si están aquí e intentan reventar el acto, la masa los eclipsa. La revuelta del Stop Hillary organizado por los conservado­res se ha quedado afuera.

“No se puede confiar en ella, es una mentirosa”, asegura Ruth Guerra, portavoz de este colectivo de oposición llegado desde Washington. “Hablan sobre la nada, sólo es una manera de atacarla, sin prueba alguna, y la demostraci­ón de que es una candidata muy fuerte”, replica Benett Weiver, que ha viajado desde Atlanta para apoyar a Hillary.

Hay mucho fervor, y muchos jóvenes, entre los admiradore­s incondicio­nales dentro del Four Freedoms Park, en la isla de Roosevelt, con vistas primorosas a Manhattan. El escenario no es una elección al azar. El parque recibió el nombre en honor de Franklin Delano Roosevelt, el presidente del new deal en favor de las clases medias al sufrir el impacto de la Gran Depresión.

Ese es el terreno en el que quiere jugar la mujer que lucha por ser la primera mujer.

“Roosevelt soñó una sociedad con igualdad de oportunida­des –proclama en el arranque de su discurso de 50 minutos–, con trabajo para el que pueda trabajar, seguridad para los que la necesitan, el fin de los privilegio­s especiales para unos pocos, la defensa de las libertades civiles para todos, un amplio y constante crecimient­o de los estándares de vida igualitari­a Este sueño lo hago mío”.

Tras lanzar su campaña en abril, ayer la relanzó. La iniciativa de rodearse de seguidores supone una demostraci­ón de fuerza y un intento por cambiar la narrativa de las últimas semanas, en la que incluso le han salido competido-

La aspirante trata de cambiar la narrativa de desconfian­za creciente contra ella “No soy la candidata más joven, pero seré la presidenta más joven de Estados Unidos”

 ?? ANDREW HARRER / BLOOMBERG ?? “La prosperida­d no puede ser sólo para los consejeros delegados y los gestores de fondos de inversión”, afirmó Clinton en su mitin
ANDREW HARRER / BLOOMBERG “La prosperida­d no puede ser sólo para los consejeros delegados y los gestores de fondos de inversión”, afirmó Clinton en su mitin

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