Un bar llamado Vinçon

Próximamente un icono de Barcelona, Vinçon, cerrará sus puertas. Las generaciones que compartieron las décadas de los ochenta, noventa y parte del nuevo milenio hemos rotado alrededor de sus influencias. Incluso algunos habrán ligado iniciando la conversación con aquello de ¿estudias o diseñas? Para mí fue un impacto radical entrar en esta órbita del diseño, un chico de provincias aterrizaba en Barcelona en septiembre de 1981 y empecé a rodar en este sector de la mano de On Diseño (otro icono en la tormenta).

Toda mi cultura general gira alrededor del diseño, mi casa actual está alimentada de muchos de los objetos que se exponían y vendían en Vinçon y una de las identidades de la Barcelona de los ochenta y noventa era precisamente el diseño. Las marquesinas de los autobuses, las baldosas de las calles, las farolas, el mobiliario público, etcétera. Nin- guna ciudad en Europa tiene cuidado con tanto detalle estos matices urbanos que revierten en una calidad visual y estética que mejoran nuestro entorno cotidiano día a día.

Toda esta cultura se catalizaba y refractaba desde Vinçon. Nuestra generación siempre discutía: “¿Qué prefieres el Naranjito del Mundial del 82 o el Cobi del 92?”. La respuesta no admitía debate. Pero finalmente ha ganado Naranjito, y todo lo que cuelga de él culturalmente, estética y socialmente gana terreno día a día. Es una pena pero los tiempos están cambiando hoy y también día a día.

Gracias, Vinçon, alguien debería abrir un bar con este nombre, bueno, pues para seguir hablando del tema…

NARCÍS FRANCESCH

Suscriptor Barcelona