Urkullu pide perdón
El lendakari Urkullu ha pedido perdón a las víctimas del terrorismo etarra por la desasistencia emocional e institucional que sufrieron durante décadas. Es un perdón representativo de un sentir general en la sociedad vasca, la expresión de un pesar colectivo por un pasado que no se puede contemplar sin algún bochorno ético. Todavía quedan 347 asesinatos terroristas por aclarar; ETA no ha entregado las armas y no se ha disuelto; su aparato económico sigue funcionando con inversiones opacas y, aunque no volverá a matar, aspira a escribir el relato de su pasado y a condicionar a la izquierda abertzale sobre la que proyecta su larga sombra. El asunto terrorista ha acabado en su dramatismo, pero no en sus consecuencias políticas y sociales. Urkullu ha acertado.