Motor de cambio
Mateo Valero
La predicción que hizo Moore hace ahora 50 años tuvo un efecto psicológico muy positivo para el avance de los computadores. Todas las empresas fabricantes de chips sabían que si no re-
M. VALERO, ducían el tamaño de los transistores a la velocidad prevista por Moore, perderían competitividad. Por otra parte, los arquitectos de computadores podíamos prediseñar los computadores sabiendo las características que los transistores de las siguientes generaciones tecnológicas iban a tener. Es decir, sabíamos cómo iban a ser los ladrillos para fabricar las casas del futuro. Y esos ladrillos, los transistores, eran cada vez más pequeños, rápidos, baratos y con un menor consumo. El primer microprocesador Intel 4004 del año 1971 tenía 2.300 transistores, mientras que los chips más densos de la actualidad contienen más de 7.000 millones.
Gracias a esta reducción en el tamaño de los transistores, la velocidad de los procesadores también pudo duplicarse cada dos años. Y eso fue así hasta principios de este milenio. Hace poco más de 10 años, sin embargo, llegamos a un punto en que los problemas de generación de calor de los procesadores y la latencia en el acceso a la memoria impedía aumentar más la frecuencia de reloj para que éstos fueran más rápidos.
Y sin embargo, la predicción de Moore se iba a seguir cumpliendo hasta un poco más allá del 2020. ¿Cómo podíamos seguir sacando provecho de este avance hasta entonces? No podíamos hacer procesadores más rápidos, y decidimos diseñar chips con un número de procesadores creciente. De esta forma, pudimos mantener más o menos el hecho de que cada generación nueva de chips duplique la velocidad de la anterior.
La predicción de Moore conti- nuará vigente sólo unos pocos años más, tal vez tres generaciones. Después habremos llegado al final de la utilización del silicio, es decir la arena de la playa, como componente básico del enorme progreso en el diseño de computadores. Aparecerán nuevos materiales para hacer transistores más pequeños. Se utilizarán, tal vez, nuevas formas de computar, como la computación cuántica. Y seguiremos diseñando ordenadores cada vez mejores, más potentes y rápidos, máquinas que han sido un verdadero motor de cambio para nuestra sociedad.