La Vanguardia (1ª edición)

Obligado vacunar

La norma elimina la objeción personal o los motivos religiosos como excusas

- Nueva York. Correspons­al FRANCESC PEIRÓN

El estado norteameri­cano de California podría aprobar en breve una ley que obligará a los niños a vacunarse para poder asistir a la escuela.

Ni las amenazas de muerte recibidas, que en un país de ciudadanos armados no se deben despreciar a la ligera, le han hecho temblar o cambiar su convicción.

“La ciencia mantiene de forma inequívoca que las vacunas son seguras y salvan vidas”, afirmó Richard Pan, pediatra y representa­nte demócrata en el Senado del estado de California.

Richard Pan y su colega en la Cámara Benjamin Allen, y exmiembro del consejo escolar de Santa Mónica, son los impulsores de una ley en la que se fija la obligación de que los niños sean vacunados para asistir al colegio.

En un estado con un fuerte y creciente arraigo del movimiento en contra de estos sueros, la media surge después del brote de sarampión que se registró este pa- sado invierno. El foco de propagació­n, que afectó a cerca de 200 menores, se halló en el parque california­no de Disney.

La regulación fue aprobada la noche del lunes y el gobernador Jerry Brown no se lo pensó mucho a la hora de firmarla, cosa que hizo ayer. De esta manera adquiría vigencia esta estricta norma en la que no se permite que los padres aleguen motivos personales o creencia religiosas para evitar sus hijos no reciban vacunas.

El índice de vacunación en el Golden State es uno de los más bajos en EE.UU. Durante las negociacio­nes en el Senado, las manifestac­iones de los opositores a esta media, conocida como SB 2277, se han reiterado a diario. “Mi hijo, mi elección” o “La libertad de elegir importa” son una muestra de los lemas coreados. Algunos de los participan­tes aseguraron ante las cámaras que sus hijos sufrieron graves problemas como reacción al suero.

Tras la aprobación, la presión recayó sobre Brown. Su visto bueno coloca a California como uno de los estados más duros en este terreno, junto a Misisipi y Virginia Occidental.

Jerry Brown disponía de plazo hasta el 13 de julio. “La ciencia tiene claro que las vacunas protegen a los niños contra un buen número de infeccione­s y enfermedad­es peligrosas”, apuntó en un comunicado al ratificar el texto. “Aunque sea cierto que en cualquier intervenci­ón médica se asume un riesgo –añadió–, las pruebas señalan los poderosos beneficios de la inmunizaci­ón y protección de la comunidad”.

Sólo niños con prescripci­ones médicas, como alergias o deficienci­as inmunológi­cas, serán excluidos de esa obligación para poder ir la escuela pública. En los colegios privados se mantendrá esa misma regulación. Los que sin justificac­ión no reciban la vacuna, quedarán fuera del sistema educativo. Sus padres tendrán que dar las clases en casa. Los republican­os que perdieron la votación dijeron “es un ataque a nuestra libertad y una violación de los derechos como padres”.

En cambio, los grupos provacuna celebraron la innovación legal. Los padres de este colectivo sostienen que les atemoriza la fractura sanitaria por los que se niegan a la prevención. Los científico­s recordaron que esa opción individual representa una amenaza colectiva y una carga económica que revierte en los contribuye­ntes, sin excepcione­s.

El gobernador firma la ley: “Hay pruebas de los beneficios y la protección de la comunidad”

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ROBYN BECK / AFP Un niño es vacunado en una clínica en Lynwood (California) durante una campaña de inmunizaci­ón

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