“La nostalgia es un error, hay que buscar nuevos límites”
Paul Weller , músico, mañana presenta en Barcelona ‘ Saturn’s pattern’
Héroe mod con los gloriosos The Jam, iconoclasta del punk-rock y también de la new wave, pionero del blue-eyed soul con The Style Council, definitivamente uno de los cantautores fundamentales del rock y del pop-rock británico de los últimos cuarenta años, Paul Weller sigue siendo un dechado de inquietudes. A sus 57 años y padre de siete hijos, el músico británico está en plena vorágine a causa del lanzamiento de su nuevo álbum Saturn’s pattern (Warner), obra en la que retoma la búsqueda de nuevos matices sonoros que ya se pudo vislumbrar en 22 dreams. Embarcado en la gira de presentación junto a su habitual quinteto, mañana actuará en el Festival Jardins de Pedralbes (22 h).
¿Cómo consume música habitualmente?
Voy a las tiendas de discos cada dos semanas a ver lo que hay; de las últimas cosas que he comprado, varias compilaciones musicales de los años sesenta y setenta. Y cosas más concretas… me gustan mucho los irlandeses Villagers, que hacen un folk indie muy bueno. Gruff Rhys, de los Super Furry, siempre hace cosas interesantes, y todo lo que hace Kevin Parker en Tame Impala me ha parecido siempre muy bueno.
¿Se considera una persona puesta al día musicalmente?
No, claro que no. Escucho mucha música pero como la consumo al viejo estilo y apenas me meto en internet, pues me dejo aconsejar en tiendas de confianza como Rough Trade en Portobello. Como músico y como aficionado a la música, es normal que me interese saber qué es lo que hay de nuevo y que es lo que, siendo nuevo, suena a viejo. Y espero seguir haciéndolo hasta que me muera. Sé que hay bastantes colegas que se jactan de no interesarse por lo que se está haciendo ahora porque consideran que es una mierda, y yo lo que les digo es que es incomprensible esa actitud y, además, esa actitud se refleja normalmente en la música que ellos hacen, que acostumbra a ser vieja, anticuada. No suele fallar.
¿Escucha alguna vez las canciones de su primera época, de los Jam en concreto? No suelo hacerlo, sólo cuando las ponen en la radio. Cuando lo hago hay cosas de aquella época de las que me siento orgulloso y otras, en cambio, preferiría no haberlas escuchado.
Este nuevo disco, Saturn’s pattern, ¿sigue su camino de experimentación de sus últimos tiempos? No sé si sigue esa experimentación de la que usted habla, pero yo lo definiría como una obra muy del siglo XXI, que se encara de frente a un mundo que cambia de una manera muy veloz. He metido todas las cosas que se me han antojado y reconozco que de alguna manera he llevado las sonoridades del disco a unos límites que pueden chocar al aficionado, como me pasa a mí. Hay guitarra bluesy, hay sintetizadores atmosféricos y una producción que no tiene mucho que ver con lo que he hecho hasta ahora.
¿Y qué opina del resultado? Creo que ahora mismo no hay música que suene igual. Esta es mi opinión. Y lo que pretendo es seguir yendo por el mismo camino a ver adónde puedo llegar con mi música. Siempre adelante.
¿Qué tipo de música es?
Música pop, sin ninguna duda.
One Republic, Justin Bieber, Taylor Swift también hacen pop, ¿no? Como todo concepto, tiene miles de definiciones. Yo trabajo dentro de los límites de esa idea tal como la entiendo, pero siempre siendo leal a mí mismo. Siempre pongo los mismos ejemplos, pero para mí uno de mis mayores maestros fueron los Kinks, y esos sí que hicieron música pop. Es decir, música muy popular pero siempre yendo más allá, empujándote a unos límites a los que no estabas acostumbrado.
¿Y el mayor mérito de esta obra?
Que detrás de cada canción, cuyo proceso de elaboración ha sido muy laborioso, hay una sensación de felicidad y alegría. Fíjese, fíjese. Es el mayor logro.
¿Le ha dado mucho trabajo? Bastante. He trabajado sobre muchísimo material que había compuesto en estos tres años, primero dando forma a la columna vertebral de cada una de ellas y después metiendo los arreglos. Una eternidad. Se ha colado alguna cosa pasada de vueltas, pero al final han salido unas buenas canciones. Mi sistema de trabajo y mi objetivo es no parar, no mirar atrás, trabajar con las nuevas tecnologías, con sonidos y estilos que no había tratado, producir cosas nuevas y sobre todo, frescas. La nostalgia en música es un error, hay que buscar siempre nuevos límites.
Así que no es nostálgico. ¿Nunca mira hacia atrás y piensa, quizás…? ¿Recuperar algún día a los Jam o Style Council para hacer alguna de esas giras tan rentables? ¡Qué va! Estoy muy satisfecho con cómo me van las cosas. Me gusta cada vez más el momento presente, el hoy, ahora y aquí. Mire, no tengo ninguna intención de invertir tiempo y esfuerzo en revivir algo que es imposible que reviva. Tiene mucho más sentido hacer un disco como este, o el anterior. Esto son certezas y lo otro son ‘quizás’. No me interesa.
¿Y le sigue interesando tanto la política como antaño? ¿Qué opina de la abrumadora victoria de los conservadores?
Bueno, no me interesa mucho escribir ahora sobre política porque los problemas siguen siendo los mismos que hace cuarenta años, clases sociales, desigualdades… Lo único que ha cambiado en los tiempos actuales es el protagonismo de las grandes corporaciones, el individuo está desapareciendo. Sobre la victoria de unos y la derrota de otros, dos consideraciones: me parece que da igual qué partido gane porque el problema está en el sistema, y con una crisis económica ese sistema demuestra lo podrido que está, y en segundo lugar, el Partido Laborista ya no será nunca más el partido de la clase trabajadora. Hay buena gente en el Labour, pero ya no es lo mismo desde que alejó de los sindicatos… es un partido más bien de las clases medias.
“Hay colegas que se jactan de no interesarse por lo que se hace hoy, por eso hacen música anticuada” “El mayor mérito de ‘Saturn’s pattern’ es que detrás de cada canción hay una sensación de alegría”