Cinco lecciones para aprender del corralito griego
Quien piense que las cosas no pueden ir a peor debería recapacitar: en este punto todo es posible Los intereses de los políticos a veces entran en conflicto con su responsabilidad en momentos cruciales
Aveces una situación problemática se resuelve de la manera más inesperada y nos preguntamos: “¿Cómo hemos llegado hasta aquí?”. El domingo observamos incrédulos a los griegos haciendo cola en los cajeros para sacar su dinero. Las escenas de pánico del 2001 en Argentina estaban fuera de cualquier tipo de quiniela dentro de la zona euro hace sólo dos días, sin embargo, cuando en un futuro lo analicemos más tranquilos, veremos que lo acontecido era la solución más lógica a los acontecimientos previos.
¿Qué podemos aprender de ello? Y ¿qué podemos hacer?
1. Estas cosas pasan: a pesar de todo lo que se ha dicho y escrito sobre las relaciones entre Grecia y la UE, la decisión de Tsipras de convocar un referéndum y el posterior control de capitales ha sido un desenlace inesperado para la mayoría de los observadores. Ahora, quien piense que las cosas no pueden ir a peor debería recapacitar. En este punto todo es posible: suspensión de pagos total, quita a los acreedores, vuelta al dracma, o quizá algo peor.
2. Grecia está más cerca de lo que parece. Los problemas puede que no se limiten al país heleno si las cosas se tuercen, como vimos en la primera etapa de la crisis de deuda en 2011 en España, Portugal o Italia. Si no tienes activos ni ahorros en Grecia, el corralito puede que no te afecte directamente. Aun así, los responsables financieros o de negocios de las empresas deberían estar atentos a los acontecimientos: la incerti- dumbre en Grecia afectará a los mercados provocando la caída de las bolsas y del valor del euro, o la subida del precio de la deuda de algunos países.
3. No se debe confiar a ciegas en los analistas: sí, es verdad que tienen el conocimiento de la materia, pero también es cierto que carecen de información privilegiada. Al final, se informan a través de Reuters, Financial Times y CNN, igual que tú, por tanto, ellos
se pueden equivocar y tú pagas las consecuencias.
4. Los políticos tampoco son fiables: aunque en este caso por razones opuestas. Estos sí que tienen información privilegiada aunque sus intereses y necesidades a veces entran en conflicto con su responsabilidad en momentos cruciales. Hacer encaje de bolillos entre las presiones de su partido, las demandas de sus votantes y su carrera política puede ser un obstáculo a la hora de mostrar la flexibilidad y la empatía necesaria para alcanzar un acuerdo satisfactorio. La suce- sión de reuniones infructuosas de los últimos meses lo demuestran.
5. Nunca es demasiado tarde para actuar: miles de griegos trasladaron sus ahorros fuera del país durante meses temiendo lo que se avecinaba. Incluso los ciuda- danos que ayer hacían cola en los cajeros para sacar tanto dinero como podían fueron más inteligentes que quienes se limitaron a ver lo que pasaba. Esto demuestra que nunca es tarde para tomar medidas preventivas. En este sentido, es recomendable mantenerse alerta sobre las consecuencias del drama griego y su impacto en las divisas con las que se opera. Además es fundamental conocer bien los riesgos, los instrumentos con los que se opera y plantear una estrategia que sirva para reducir los riesgos de que la suspensión de pagos en Grecia afecte a tu negocio y a ti.
Los responsables del área financiera de las empresas deberían prever al menos una importante caída de los precios del euro a corto plazo. En el 2011, en España también vimos una caída de cerca del 50% en la bolsa y una brutal escalada de los precios de la deuda. Las empresas de la zona euro que vendan sus productos fuera aumentarán su demanda por que sus precios serán más competitivos en la moneda local. Sin embargo, los que necesiten producir fuera de Europa pueden ver seriamente reducidos sus márgenes por el aumento de los costes de producción. Pero veámoslo también desde otro punto de vista: Grecia será uno de los destinos europeos más económicos para las vacaciones de verano del 2016.
Quien piense que las cosas no pueden ir a peor debería recapacitar: en este punto todo es posible Los intereses de los políticos a veces entran en conflicto con su responsabilidad en momentos cruciales