Ciencia contra el miedo
El hospital de Sant Pau presentó ayer un gran paso en la mejora de la vida de las personas con esquizofrenia. Mostró los primeros casos del mundo en los que se han usado electrodos insertados en determinadas zonas del cerebro para mitigar los síntomas de una enfermedad que demasiado a menudo no responde a las medicinas. Es un gran avance para mejorar la vida de estos pacientes que explican cómo la sociedad, el mundo en el que se movían antes de caer enfermos, desaparece, los abandona. Probablemente por desconocimiento. Por ignorancia. Por ancestrales supersticiones sobre los delirios y las alucinaciones o sobre el comportamiento irracional. Pero son pacientes con determinados síntomas. Sólo eso. Síntomas que provocan su dosis correspondiente de sufrimiento al que a menudo se añade el dolor del alejamiento, la condena del aislamiento. Anunciar estos avances ayuda a una sociedad anticuada en sus miedos a actualizarse y conocer también esta parte de la realidad.