Desigual evoca Barcelona’92
La marca recupera y restaura en el 080 las olas ideadas por La Fura
Tomó buena nota Desigual de dónde se celebraba esta temporada el 080 para dar todo un golpe de efecto. Nada fácil, ya que hubo que investigar, restaurar y tirar de memoria para recuperar las famosas olas mediterráneas que La Fura dels Baus creó para la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos del 92.
Como en aquella ocasión, fueron voluntarios quienes les dieron movimiento justo antes de que las modelos iniciaran la presentación de las propuestas de la firma barcelonesa. Quieren remarcar en Desigual el hecho de haber nacido y crecido en Barcelona, y a través de sus estampados tan característicos reproducen, a su manera colorista e informal, desde las baldosas de los antiguos edificios del Eixample a los grafitti de persianas y paredes o los colores de los amaneceres junto al mar y las puestas de sol.
Aunque la novedad más destacada en esta idea de “cambiar sin perder la identidad” que motiva la colección son las prendas en tonos lisos –blanco, rojo, amarillo–, con relieves que remiten a los ornamentos de piedra tan propios de la arquitectura de la ciudad.
Entre los testigos de la impactante puesta en escena, desde la esposa del president Mas, Helena Rakosnik o actrices como la portuguesa Maria de Medeiros o la catalana Aida Folk, entre otros famosos.
La segunda jornada del 080 comenzaba muchas horas antes de que Desigual desvelara su nueva imagen. Concretamente pocos minutos después de las once de una calurosa mañana. Tenían el privilegio de hacerlo los ganadores del premio de la Generalitat a la mejor colección de la pasada edición. Isometric, formado por Joan Ros y Jessica Montes, demostraban el espíritu vanguardista y la osadía exigible a quienes no han hecho más que empezar. Su colección, masculina, es poco convencional y destacan en ella las camisas de grandes proporciones.
Menos vanguardista, la veterana en el negocio, pero poco prodigada en las pasarelas, Lebor Gabala, marca creada por Maite Muñoz hace ya más de 25 años, mostró lo que mejor saber hacer: prendas fáciles de llevar, elaboradas con buenos materiales entre los que destaca el punto. Su colección se inspira en el surf y su emblema es la flor del hibiscus, que borda y estampa. También dedica parte de la colección
Sita Murt presentó creaciones con una imagen bohemia, pero al mismo tiempo refinada
a prendas en los tonos pastel de rosa, azul, verde, amarillo, en recuerdo de las peladillas de su infancia.
También en una línea de moda tranquila y eficaz, Totón Comella mostró sus bañadores y bikinis, combinados con prendas muy llevables e informales. En su colección, como en la de Lebor Gabala se echa de menos, ese extra de creatividad y osadía que se requiere en las colecciones que se muestran en la pasarela. Pero hay que reconocerles el mérito de haber persistido, pese a las dificultades, en mantener unas marcas que nunca han renunciado ni a su estilo ni a sus niveles de calidad.
Sita Murt contó con la primera fila mediática. La nadadora Ona Carbonell, las actrices Natalia Sánchez y Cristina Brondo o Carme Ruscalleda, disfrutaron con la propuesta titulada Tender trip (en inglés, como casi todas las colecciones), en la que contrastan los tejidos ligeros y vaporosos con materias de punto, la especialidad de la firma, con vocación un tanto rústica. Todo desemboca en una imagen bohemia, pero al mismo tiempo refinada, en la que destacan los detalles, como puntillas tricotadas mediante las que se unen piezas de tela que dan un volumen controlado a blusas y vestidos.