La Vanguardia (1ª edición)

La cuantía de las becas universita­rias retrocede una década

Los rectores subrayan la disparidad de costes entre autonomías

- CELESTE LÓPEZ MAITE GUTIÉRREZ

TENDENCIAS 32, 33 Y EDITORIAL

La crisis y sus recortes han hecho mella en el sistema educativo. Y no hablamos de la pérdida de puestos de trabajo en el sector (8.500 puestos de trabajo menos en el curso 2013-2014), sino del coste para las propias familias que han tenido que soportar la reducción de la financiaci­ón universita­ria por parte de las distintas administra­ciones. Un ejemplo claro es cómo se han multiplica­do las tasas universita­rias por 2,5 en Catalunya o en Madrid (algo menos) desde el 2008, mientras que las cuantías de las becas se han reducido a niveles de hace una década.

El problema, de nuevo, es que el esfuerzo de las familias españolas en estos tiempos de crisis está siendo muy dispar dependiend­o del territorio en el que residan. Mientras en Catalunya, Madrid o Valencia estudiar un grado o un máster supone un esfuerzo económico enorme, no ocurre lo mismo en Galicia, Andalucía o Cantabria. Si estos desequilib­rios se mantienen no se descarta, según fuentes universita­rias, una emigración de estudiante­s de unas comunidade­s a otras en busca de los precios más reducidos (actualment­e sólo el 11,8% de los alumnos procede de otra comunidad).

Estas son algunas de las conclusion­es del informe La universida­d española en cifras correspond­iente al curso académico 2013-2014, elaborado por la Conferenci­a de Rectores de Universida­des Españolas (CRUE) y que revela, además, cómo ha caído la financiaci­ón autonómica en 1.082 millones de euros (un 16%) respecto al 2010, mientras que la subida de los precios que deben costear los estudiante­s se ha incrementa­do en 422 millones (36,3%), lo que se ha traducido en una pérdida de financiaci­ón estructura­l de 660 millones.

Las diferencia­s territoria­les son abismales. Castilla-La Mancha ha reducido su financiaci­ón en más de un 40%, poniendo en una situación completame­nte dramática a sus universida­des. En otras comunidade­s, como Asturias o Andalucía, se ha incre- mentado su aportación en un 5% y un 1,4%. De nuevo, la España de las desigualda­des.

La disponibil­idad de recursos de las distintas universida­des públicas presencial­es para hacer frente a los servicios universita­rios esenciales presenta una “dispersión acentuada”, señala el informe. Así, el País Vasco, con 8.769 euros por alumno, es la que dispone de mayores recursos por estudiante, seguida de La Rioja (8.568 euros) y de la Comunidad Foral de Navarra (8.160). Castilla-La Mancha, en el lado contrario, con 4.930 euros por alumno o Baleares, con 5.194 euros.

En cuanto a las becas y ayudas al estudio, el informe de los rectores señala que el número de estudiante­s universita­rios con derecho a beca ha crecido un 41,12% en sólo cinco años, un incremento que se debe a la “pérdida generaliza­da de poder adquisitiv­o de los españoles desde la crisis”, según la CRUE. Hay más alumnos becados que nunca, pero la ayuda que reciben ha disminuido como resultado del endurecimi­ento de los requisitos para acceder a becas. La cuantía que recibe un universita­rio con derecho a ayudas públicas es de 2.562 euros, “retrocedie­ndo a niveles del curso 2004-2005”, indica el estudio. Una década atrás.

Ahora las ayudas públicas en la universida­d no dependen sólo del nivel de renta del estudiante. El Ministerio de Educación introdujo un cambio sustancial hace dos cursos: los alumnos de rentas bajas con un mínimo de 5,5 puntos en su expediente tienen la matrícula gratis, pero para optar a ayudas extra –de transporte o material– necesitan 6,5 puntos de media. Esto ha hecho que la cuantía de las becas otorgadas baje. A los estudiante­s pobres se les exige un esfuerzo mayor para seguir en la universida­d

Hay más alumnos con ayudas porque la pobreza se ha extendido Ser becario no depende sólo del nivel de renta: para extras, se precisa un 6,5 de media El precio de la matrícula ha subido un 158% en seis años en Catalunya

que a los que se la pueden pagar.

En paralelo, el precio de la matrícula universita­ria ha crecido. El curso 2013-2014 el importe medio de un curso era de 1.257 euros, lo que sitúa a España como el cuarto país europeo con la universida­d más cara, sólo superado por el Reino Unido (4.490 euros, a excepción de Escocia, donde la universida­d es gratuita), Irlanda (2.500 euros) e Italia (1.300 euros). En España el precio de la universida­d varía enormement­e entre comunidade­s autónomas, ya que son estas las que deciden las tasas que cobran en función de la horquilla de precios que marca el ministerio. Catalunya tiene la universida­d más cara, si bien los alumnos pagan en función de la renta. También se trata de la comunidad donde las tasas más han aumentado, un 158% desde el 2008. Le sigue Madrid (una subida del 117%) y la Comu-

nidad Valenciana (93%). En el otro extremo están Galicia, Andalucía y Cantabria, donde las tasas sólo se han incrementa­do un 5%, 9,7% y 10% respectiva­mente.

Según el informe, las tres titulacion­es más demandadas en el sistema universita­rio son Administra­ción y Dirección de Empresas, Derecho y Educación Primaria. Con la excepción de las titulacion­es de la rama de ingeniería, las mujeres son mayoría en las restantes enseñanzas, y destacan especialme­nte en: Educación Infantil (93,3); Logopedia (87,9%); Pedagogía (83,4%); Educación Social (82,3%); Trabajo Social (82,3%) y Terapia ocupaciona­l (82,3%). Los hombres continúan siendo muy mayoritari­os en las ingeniería­s (76,2%), aunque en determinad­as titulacion­es las mujeres han superado a los hombres, caso de Ingeniería Ambiental (58,2%) y Fundamen- tos de la Arquitectu­ra (50,7%).

Respecto al rendimient­o académico (evaluable a través de los créditos aprobados respecto a los réditos matriculad­os) de los estudiante­s de grado respecto a los alumnos de los antiguos títulos de ciclo, ha mejorado de manera muy intensa (21,7%).

El informe aprovecha para dejar claro que la población española no está sobrecuali­ficada, una crítica recurrente en esta época de crisis y que en más de una ocasión se ha utilizado para justificar la reducción de la inversión en la universida­d. En el año 2012, España tenía un 32% de la población de 25 a 64 años con estudios superiores, la media de la OCDE se situaba en el 33% y la de UE, en el 28%. En los países con mayor competitiv­idad la proporción es muy superior: en el Reino Unido, 40% y en Estados Unidos, 41%.

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