Erdogan busca una guerra
El presidente turco quiere intervenir en Siria en contra de la opinión del Estado Mayor
“Nadie debe esperar que Turquía entre en Siria mañana o próximamente. (....) No permitiremos ser arrastrados a una aventura. Que nuestra gente esté tranquila”, declaró ayer el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu. Sin embargo, mientras hablaba, Ankara mandaba más tropas hacia la frontera siria después de que la lucha en el norte de la ciudad de Alepo se intensificara.
El primer ministro quiso así calmar a una opinión pública, que cada día se opone más a una ofensiva militar en el norte de Siria, operación que defiende el presidente Recep T. Erdogan, partidario de crear una “zona de seguridad” en la región. Este colchón debería establecerse a costa de los kurdos que dominan la zona. El Estado Mayor anticipa muchas bajas y se opone con discreción. A Erdogan, sin embargo, le iría bien una victoria militar ante las probables nuevas elecciones legislativas.
Los medios turcos –sobre todo los progubernamentales– llevan varios días diciendo que una operación militar es inminente. La movilización de tropas hacia la frontera –900 kilómetros de largo– refuerza esta posición. De hecho, el comandante en jefe del segundo ejército, el general Adem Huduti, al igual que 54.000 soldados profesionales, ya se ha desplazado a la provincia de Kilis, en el sudoeste de Turquía. En concreto, a la zona cercana a Yarablús, el principal paso fronterizo que mantiene el Estado Islámico (EI) en el norte de Siria. Con ellos llegan decenas de tanques, sistemas de defensa aéreos y otros vehículos blindados.
Tampoco los yihadistas del EI
Turquía refuerza el ejército desplegado a lo largo de la frontera siria, pero no la cruzará por ahora
pierden el tiempo y ya han plantado minas para recibir la posible llegada de soldados turcos. Yarablús permite abastecer Raqa, capital del califato yihadista.
La principal meta de Erdogan, en todo caso, no es derrotar al EI, sino desmantelar la sólida autonomía kurda en el norte de Siria. La movilización de tropas llega después de que la semana pasada el presidente aseverara que “nunca permitiremos la creación de un estado (kurdo) en el norte de Siria”.
Los argumentos de la prensa belicista y progubernamental –en particular de los diarios Yeni Safak y Sabah– parten de que los militantes kurdos de las Unidades de Protección Popular (YPG) están llevando a cabo una campaña de “limpieza étnica” para asentarse en el norte de Siria, región que los kurdos independentistas llaman Rojava y consideran “el oeste del Kurdistán”.
Las YPG niegan todo intento de limpieza étnica, aunque hay informaciones que indican desplazamientos de la población y
confiscación de bienes para cambiar la composición demográfica de la zona.
En todo caso, el principal partido kurdo sirio, el Partido de la Unión Democrática (PYD), ha pedido esta semana a Ankara que reconsidere la operación militar, recalcando que está preparado frente “a cualquier agresión”.
El martes llegaba también otra advertencia, esta vez en forma de entrevista al diario prokurdo Özgür Gündem. En ella Murat Karayilan, uno de los líderes militares de la organización armada Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), avisaba: “Si los turcos intervienen en Rojava, toda Turquía se convertirá en campo de batalla”.
Erdogan y el partido que –a pesar de su cargo– todavía lidera, el de la Justicia y Desarrollo (AKP), se han quedado solos a la hora de abogar por la “zona de seguridad”.
Damasco consideraría la intervención militar turca como
Los kurdos del PKK advierten que atacarán a Turquía si los turcos entran en el norte de Siria
una invasión. Estados Unidos ha pedido calma a Turquía. Irán y Rusia, aliados del régimen sirio, se oponen frontalmente. Hasta el Estado Mayor turco se ha mostrado muy cauto. El AKP, que ganó las elecciones del mes pasado, aún no ha podido formar gobierno y, si no lo consigue, antes de tres semanas habrá nuevas elecciones, solución que persigue Erdogan para que el AKP pueda aumentar su mayoría.
Por todo ello, el diario liberal Cumhuriyet habla de “la guerra de Erdogan”. El presidente, que fue elegido el año pasado con el 51,8% de los votos, había pedido una amplia mayoría parlamentaria para cambiar la Constitución y transformar la república parlamentaria en una presidencialista. Los votantes, sin embargo, castigaron al AKP que, a pesar del triunfo, perdió la mayoría absoluta por primera vez en los trece años que lleva en el poder.
Las negociaciones para formar una coalición no van a ninguna parte y el tiempo para encontrar gobierno se acaba. Por eso muchos turcos piensan que Erdogan se la juega en Siria. Desearía llegar a los más que probables comicios anticipados con laureles militares.
Pero los riesgos son enormes. Quizás por ello la etiqueta más popular de la red social Twitter estos días es “Bilal, vete tú a la guerra”, en referencia al hijo de Erdogan, célebre en Turquía por estar involucrado en un caso de corrupción masiva en el que también estaría implicado su padre.