A 3.360 kilómetros del objetivo
La única contrarreloj individual de este año abre en Utrecht la lucha más inextricable de los últimos tiempos
“No venía al Tour con un ganador de posibilidades reales desde los tiempos de Miguel Indurain”. O sea, desde 1996. Eusebio Unzue siguió atentamente desde un rincón de la sala de conferencias de Utrecht la comparecencia de sus dos jefes de filas: Alejandro Valverde y Nairo Quintana. Con una mirada serena, con la tranquilidad que da sentirse con opciones verdaderas de tener un papel protagonista si las cosas no se tuercen. Con un Quintana, Naironman ya le llaman en su país, que quiere romper la historia y conseguir el primer Tour colombiano de todos los tiempos. Un reto mayúsculo que Unzue se dispone a regular, a controlar, a ir conformando etapa por etapa. Las piernas son de Quintana, la estrategia la tiene que poner el veterano director navarro. Y para empezar una decisión inespera- da: Naironman no saldrá hoy con sus rivales, alrededor de las cinco y cuarto, sino mucho antes, a las tres de la tarde, las ocho en punto de la mañana en Bogotá, desde donde se seguirá con la respiración contenida este asalto colombiano al Tour que incluso ha comportado el retorno a la carrera de periodistas del país sudamericano.
“Mi única arma secreta es el equipo”, explicó ayer el líder del Movistar ante las preguntas que le buscaban las cosquillas, sobre sus viajes a Colombia y la supuesta desaparición de las carreras europeas. “Yo hago mi calendario, con bloques de competición en Europa y temporadas de descanso en mi país, donde estoy cerca de la familia. Pero y tanto que paso controles allí también, ¡qué se piensan!”, declaró.
Quintana fue claro a la hora de definir objetivos, ganar el Tour, y a la hora de concretar rivales. Para él hay dos por encima del resto: Nibali y Contador. “No quiero desmerecer a Froome, pero estos dos son los más peligrosos”, opinó.
Mientras Nibali intenta pasarle la presión a Quintana y asegura que “es uno de los grandes favoritos, siempre lo he dicho” y Froome se muestra bastante tranquilo (“tengo uno de los mejores equipos, no salgo con la presión de defender el título como el año pasado y llego con la condición perfecta”), en las filas del Movistar se palpaba la tensión de las grandes jornadas. Ante un auditorio numeroso, Quintana exhibió su proverbial calma y contestó con la elegancia que lo caracteriza, incluso con elogios quizás excesivos como cuando afirmó que “Valverde ya era mi ídolo cuando yo empezaba”. El murciano, que tendrá esta vez un papel secundario con respecto a la lucha por el maillot amarillo, el objetivo supremo, se lo tomaba también con filosofía. “Aquí el favorito es Nairo. Es un Tour para escaladores y yo lo considero el más fuerte de todos”. Si puede, buscará alguna etapa.
A unos cuantos kilómetros de distancia, en las afueras de Utrecht, Purito Rodríguez vivía la jornada previa al Tour con toda relajación. Una conferencia de prensa en familia, con pocas preguntas y una convicción total: “Vengo con la ambición de ganar este Tour”. Con respecto a la contrarreloj de hoy, la única en formato individual de toda la carrera, el ciclista de Parets tiene un objetivo: no perder tiempo con gente como Froome, Contador y Nibali “y quizás ganarlo sobre Quintana”. Y avisaba: “Eso, de prólogo no tiene nada. Con casi catorce kilómetros es bastante larga. Totalmente llana pero muy técnica, con curvas que habrá que tomar a fuego”.
Pero todos, aspirantes a la victoria y acompañantes, seguidores y especialistas, coinciden: puede ser un Tour espectacular. Como decía ayer un miembro del equipo técnico del Movistar, “se me hace la boca agua sólo de pensar que los cuatro favoritos llegan con opciones al pie de la montaña”. Habrá que verlo.