tal como éramos PING- PONG
El tenis es el hermano mayor de los deportes de raqueta, pero en 1971 el ping-pong demostró que, a pesar del menor alcance de sus golpes, sus modestas y pequeñas raquetas podían ayudar a llegar más lejos. China, país cuyos ciudadanos prefieren las austeras mesas de ping-pong a la alcurnia tenística, aprovechó con maestría la presencia de la selección estadounidense de tenis de mesa en el vecino Japón, para extenderle una invitación de cortesía a visitar Pekín, que acabó convertida en acontecimiento político. Los americanos fueron recibidos por el primer ministro Zhou Enlai, en lo que se llamó la “diplomacia del ping-pong”. El deporte sirvió para sellar el deshielo entre las dos superpotencias y allanó el camino para la histórica visita al año siguiente de Nixon a una de las cunas del comunismo. Partido redondo para la República Popular China, que logró también meses más tarde la admisión en la ONU, en la que Pau Casals protagonizó un emotivo discurso al recibir la Medalla de la Paz, acto culminado con la interpretación inolvidable de El cant dels ocells. La apertura de China formó parte de un año en que lo asiático estuvo sin duda de moda. También en España, que presenció la consagración de una nueva estrella del firmamento mediático nacida en la ex colonia de Filipinas: Isabel Preysler, casada el 29 de enero con Julio Iglesias. Eran otros tiempos, como demuestra que el lugar escogido para su luna de miel fuera Gran Canaria, elección que hoy puede parecer austera a los múltiples seguidores de esa cosmopolita pareja que apenas duró siete años unida. En su descargo hay que recordar la juventud de ambos, Isabel ni siquiera había cumplido los 20. Ese año Julito fue más noticia por sus esponsales que por sus melodías. Las listas las copaban Peret con su Borriquito o Tony Ronald con el bilingüe Help ayúdame. Incluso se coló entre los discos más escuchados un espontáneo de la canción, el duro actor Lee Marvin, que en el western La leyenda de la ciudad sin nombre se arrancó con su I was born under a wandering star, tarareada en todos los bares y hasta en los colegios.