Guerra de juezas
LA NUEVA JUEZ DE LOS ERE DE ANDALUCÍA DIFIERE DE SU ANTECESORA, MERCEDES ALAYA, EN CASI TODOS LOS ASPECTOS
“No me van a poder hacer fotografías distintas cada día porque no tengo tanto fondo de armario”. El comentario no es de una artista ni de una cantante. La frase corresponde a María de los Ángeles Núñez Bolaños, nueva magistrada del juzgado número 6 de Sevilla, en el que ha sustituido a Mercedes Alaya, donde ya corren nuevos tiempos y nuevos modos de ser y actuar.
Alaya, una de las mujeres más influyentes de España, según un reciente ranking, se marcha a la Audiencia Provincial pero todavía no se ha ido. Y promete dar mucha guerra. Durante los próximos seis meses seguirá encargada de la instrucción del caso de los expedientes de regulación de empleo presuntamente fraudulentos. Pero ya no será “la jefa”. Deberá someterse a las instrucciones y órdenes de la nueva titular, María Núñez, y quienes la conocen y han soportado durante los últimos años saben que eso es imposible. Mercedes Alaya es incapaz de trabajar en equipo y, mucho menos, a las órdenes de otra persona. Su ego superlativo, disfrazado de timidez casi congénita, se lo impide.
De momento, todo ha cambiado en el despacho. María Núñez llega a su puesto de trabajo puntual y saluda a los presentes, incluidos los periodistas que cubren habitualmente la información de tribunales. Durante los seis años precedentes se habían acostumbrado a que la juez Alaya llegase a la hora que le daba la gana, nunca antes de las doce del mediodía, y se metiera en su cubículo sin dirigir la palabra a nadie. Las fotos en la entrada del edificio, siempre arrastrando su trolley y luciendo cada día un modelo distinto, era lo único que permitía una mujer que, a sus 52 años, sigue manteniendo intacto el mismo atractivo físico que cuando, recién ingresada en la facultad de Derecho, fue nombrada borrega del año, título que mereció como novata más guapa de su promoción.
De María Núñez no se pueden esperar tales numeritos. Nacida en Talavera de la Reina hace 48 años, reside en Sevilla desde los catorce, donde sacó las oposiciones de juez en 1994. No tiene hijos propios, aunque vive con los dos de su pareja, el doctor José Guija, uno de los mayores expertos españoles en medicina forense psiquiátrica. Mujer de carácter fuerte, su primera decisión fue dejar que los fotógrafos hicieran su trabajo en un despacho que hasta ahora estaba vedado. Eso y dejar sin efecto uno de los autos de Alaya, conocidos como las últimas voluntades, de la causa de los ERE. Una demostración de que la relación entre ambas, obligadas a entenderse, no va a ser nada sencilla. Núñez se ha forjado en los juzgados de pueblo antes de pasar a los de familia. Y en ellos ha lidiado con toros bravos como el conocido “triángulo de Los Alcores”, una organización de traficantes de la localidad de Carmona, millonarios gracias al tráfico de heroína.
Muy preocupada por actualizar sus conocimientos jurídicos, su presencia es frecuente en jornadas sobre temas de familia, su especialidad hasta ahora, o en conferencias sobre relaciones profesionales entre jueces, abogados y psicólogos. María Núñez pertenece a la moderada asociación judicial Francisco de Vitoria. Niega que sea “amiga” del consejero de Justicia e Interior de la Junta, Emilio de Llera, más allá de que le conozca por la actividad profesional de ambos.
Amante de la feria, del flamenco y de la vida de las casetas, está considerada como una mujer abierta, simpática y con don de palabra. Y cuida los horarios, algo que celebrarán imputados y periodistas, acostumbrados a las horas intempestivas que elegía Alaya para dictar sus resoluciones, especialmente aquellas que conllevaban un ingreso en prisión, cuya decisión solía tomar de madrugada.
Nadie en Sevilla olvida la noche del lunes del pescaíto del 2012, primer día del inicio de la Feria, cuando las familias se suelen reunir en las casetas para celebrar la primera gran cena. Alaya mantuvo en ascuas a decenas de abogados y periodistas hasta que, ya entrada la madrugada, decidió enviar a prisión al exconsejero Antonio Fernández. Hubo letrados y profesionales informativos que llegaron a solicitar un justificante ya que sus mujeres no se creían que estuvieran en el juzgado enfrascados en el caso de los ERE a horas tan intempestivas.
Ahora, la mujer sobre la que están puestas todas las miradas política en Andalucía, pero también en las sedes de las calles Ferraz y Génova, se enfrenta a la decisión de si divide en varias piezas el caso ERE, como solicitó la Fiscalía Anticorrupción hasta en seis ocasiones a la juez Alaya, sin conseguirlo, o mantiene el criterio de su antecesora de que el caso era “inescindible”. Si decide en contra de lo que Alaya ha defendido hasta el momento con todas sus fuerzas, las relaciones entre ambas van a echar chispas en los próximos meses.
maría de los ángeles núñez