El padre de Messi denuncia agresiones a su familia en Chile
Claudio Bravo, Zamora de la Liga, se perdió la rúa del Barça pero disfrutó con la de su país
Claudio Bravo es ya el mejor portero de América. El guardameta del Barça fue clave en la histórica victoria de Chile ante Argentina: paró dos goles claros y detuvo a Banega uno de los dos penaltis que falló la albiceleste en la tanda final. El capitán de la Roja se erigió, además, como portavoz en los festejos y en la recepción que la presidenta chilena, Michelle Bachelet, ofreció a la selección en el palacio de La Moneda. “Son 120 años de sequía, así que por fin tenemos nuestra primera Copa América, esperemos también que podamos tener una segunda más adelante; este grupo se va a esfor- zar para que así sea”, dijo Bravo, agradeciendo a todos los chilenos el apoyo para lograr el primer título de la historia de la selección. Micrófono en mano, el arquero no pudo finalizar sus palabras, pues toda la plantilla se puso a saltar y cantar, junto con Bachelet.
A continuación los jugadores salieron a uno de los balcones del palacio para saludar a la multitud, antes de bajar a la plaza de la Constitución para seguir brincan- do sobre un escenario. La Roja había llegado al centro de Santiago en un autobús descapotable directamente desde el Estadio Nacional. El festejo, tantos años reprimido, no podía esperar.
En cuanto Alexis Sánchez marcó el penalti que daba la victoria a Chile la plaza Italia de Santiago, lugar de celebraciones deportivas, empezó a abarrotarse. El técnico chileno, el argentino Jorge Sampaoli, lloraba en el estadio, exteriorizando una alegría que sirve de válvula de escape para un país que no pasa por sus mejores momentos.
Una cadena de escándalos de corrupción que afecta a todos los partidos, de izquierda y derecha, ha sumido a Chile en un clima de crisis institucional y descrédito de la clase política. El triunfo ayuda a mejorar la alicaída imagen de Bachelet, salpicada por un caso de tráfico de influencias del que se benefició su hijo.
Admirador de Bielsa, que al frente de la Roja puso las bases de la llamada generación dorada, Sampaoli nunca jugó profesionalmente a fútbol. Su carrera como entrenador fue más bien discreta en Argentina, Perú y Ecuador, hasta que llegó al Universidad de Chile, previo a su salto a la selección. Con su estilo humilde, Sampaoli ha sabido manejar un complejo y heterogéneo grupo humano, donde la modestia de Bravo, Zamora de la Liga, o Alexis convive con las salidas de tono de Vidal o Gonzalo Jara. Sin embargo, el accidente con el Ferrari o la agresión al uruguayo Cavani con el conocido dedo de Dios, no han empañado la imagen global de la Roja.
Bravo, que ayer partió de vacaciones a Punta Cana junto a su familia, figura en el equipo ideal de la Copa América, junto a Medel, Marcelo Díaz, Vidal y Vargas. Cinco chilenos, además de Sampaoli como mejor seleccionador. Bravo se perdió la rúa del triplete con el Barça por irse con su selección pero al fin pudo festejar.
“Esperemos que podamos tener una segunda Copa más adelante, este grupo se va a esforzar” El triunfo enardece a una nación sumida en un clima de crisis institucional por los escándalos