Mas irá cuarto en la lista unitaria y Junqueras, quinto
El líder convergente será el candidato a president CDC y ERC gobernarán juntos si ganan
El acuerdo entre Artur Mas y Oriol Junqueras sobre cómo concurrir a las elecciones del 27-S va “mucho más allá” del formato de la lista. Es un pacto “amplio y detallado” que, además del diseño de la candidatura, garantiza, en el caso de un triunfo con una mayoría suficiente, la gobernabilidad a partir del día 28 de septiembre y especifica el desarrollo de la hoja de ruta hacia la independencia. Un acuerdo histórico que será presentado en las próximas horas con toda solemnidad, después de que ayer CDC y ERC, en una nueva reunión en el Palau de la Generalitat, lo expusieran al resto de partidos y entidades soberanistas –la CUP, los escindidos de UDC (Demòcrates de Catalunya), los escindidos del PSC (Moviment d’Esquerres), la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural y la Associació de Municipis per a la Independència (AMI)– y de que sus respectivos órganos de dirección lo ratificaran a última hora.
Fue, a diferencia del lunes, una reunión mucho más rápida –una hora–, en la que la CUP certificó que se presentará por su propio cuenta ante la imposibilidad de asumir tanto una lista con políticos como un posterior pacto de gobernabilidad. “La pluralidad del país y del proceso no cabe en una sola lista”, argumentó David Fernàndez, que reprochó el cambio de actitud de ERC y las entidades soberanistas en la negociación final de desistir de entrada de la lista sin políticos. Otra cosa es que la CUP comparta programa y estrategia en favor de la independencia y que busque la forma compartida con CDC y ERC de que quede claro el carácter plebiscitario de la cita electoral del 27-S y que desde el Parlament sí forme parte de la mayoría que contribuya a aplicar la hoja de ruta soberanista. Pero la gobernabilidad, en la medida en que para aplicar el camino trazado a partir del 28 de septiembre será imprescindible gestionar y administrar con eficacia el día a día, quedará exclusivamente en manos de un gabinete de coalición entre CDC y ERC, que es precisamente uno de los aspectos en que ha puesto más énfasis la formación de Oriol Junqueras para hacer posible el pacto.
El acuerdo, de hecho, se ha fraguado sobre todo gracias a la concreción del preacuerdo sobre la hoja de ruta suscrito por los mismos actores el pasado 30 de marzo y que ha permitido, según ERC, que tanto Artur Mas como CDC acepten compromisos muy detallados en el proceso a seguir hacia la independencia después del 27-S. Y a partir de aquí el partido de Oriol Junqueras se ha avenido a la negociación de una lista soberanista conjunta de la que finalmente formarán parte los políticos, a pesar de que ésta no sólo no era ninguna de las opciones que había defendido hasta ahora –candidaturas separadas primero y candidatura sin políticos después–, sino que en la práctica respondía al planteamiento efectuado desde el principio, en la famosa conferencia del pasado 25 de noviembre, por el propio presidente de la Generalitat.
De acuerdo con el escenario pactado, la lista de Barcelona, que será la principal, la encabezará una personalidad destacada de la sociedad civil, de consenso entre todas las partes, que se da por descontado que no será Carles Viver Pi-Sunyer, presidente del Consell Assessor per a la Transició Nacional (CATN) –uno de los nombres que ha sonado–, por razones estrictamente personales. El segundo y el tercer puesto los ocuparían también representantes de la sociedad civil, mientras que en el cuarto se situaría Artur Mas y en el quinto estaría Oriol Junqueras. Una ordenación
Mas será candidato a la Generalitat a pesar de que la lista la encabece un independiente Convergència y Esquerra se repartirán los puestos al 60% y 40%, respectivamente La CUP se desmarca del pacto por la renuncia a que la lista unitaria sea sin políticos
que sería la forma de visualizar que los políticos dan un paso atrás, pero sin dejar de estar en primera línea, y que descarta, de paso, la opción barajada en algunos ámbitos de que, si la candidatura de Barcelona la lide- ra un independiente, el presidente de la Generalitat y el líder de ERC podrían ocupar las cabeceras de las listas de otras circunscripciones. El pacto establece, de todos modos, el compromiso de que el candidato a presidir la Generalitat continuará siendo Artur Mas.
CDC y ERC tendrán, en cualquier caso, la mayoría de puestos de la candidatura. La previsión del acuerdo es que se los repartan en una proporción aproximada del 5860% para CDC frente al 40-42% para ERC, unos porcentajes dentro de los que está previsto que den cabida a representantes tanto de Demòcrates de Catalunya (DC) como de Moviment d’Esquerres (MES). Los candidatos de la sociedad civil, por su parte, estarán representados –además de en los primeros tres puestos– de manera que alrededor de unos once se sitúen en puestos de salida en la candidatura de Barcelona. En el resto de circunscripciones, las proporciones serían más
CDC y ERC cierran un pacto en la Diputación de Barcelona en amparo del proceso catalán
o menos las mismas, con al menos dos representantes independientes, con independencia de quien las encabece, en puestos de salida en Girona, Lleida y Tarragona. Estos candidatos serían propuestos, en principio, por las entidades soberanistas, aunque con la voluntad de que susciten el máximo consenso entre los partidos. Antes, las direcciones de las respectivas entidades tenían que ratificar su respaldo al pacto, que en algunos casos no se prevé que resulte fácil, porque tanto la ANC como Òmnium Cultural habían apostado también por la lista sin políticos, pero al final sus presidentes habrían acabado cediendo igualmente al deseo del presidente de la Generalitat.
La fórmula de la lista conjunta entre políticos y representantes de la sociedad civil habría sido ofrecida por CDC a ERC para reeditarla asimismo en le marco de las próximas elecciones generales españolas, cuando sea que Mariano Rajoy las convoque, pero de momento ha quedado en el aire sin más concreciones. En donde sí CDC y ERC alcanzaron otro acuerdo fue en la Diputación de Barcelona, un pacto de gobierno que consideran fundamental para el proceso soberanista y, de modo muy específico, para el desarrollo de las estructuras de Estado –en especial la hacienda propia– después del 27-S.