Barcelona prorroga hasta el 2023 su idilio con el Mobile
Barcelona prorroga hasta el 2023 la capitalidad del móvil y la sede del congreso de telefonía
La GSMA dijo ayer a Barcelona que sí, que el Mobile World Congress (MWC), su congreso, se queda en Barcelona hasta, al menos, el 2023 y que, hasta entonces, la ciudad seguirá siendo considerada por sus asociados —las principales empresas de tecnología móvil y operadoras del mundo— su capital. La GSMA acepta su propuesta y, haciéndolo, descarta a las otras cinco ciudades que perseguían desde hace meses arrebatar a Barcelona su preciado tesoro. Ciudades como París, de la que se conocía su interés –realimentado por la llegada de las izquierdas alternativas al go- bierno municipal de Barcelona– pero también otras como Amsterdam, Berlín, Milán o Londres.
La de Barcelona no era una propuesta porque sí. Se quería atar un congreso que crea riqueza y que versa sobre la tecnología móvil, que desde hace tiempo ya no es un aparato para comunicarse ni un objeto de entretenimiento. Es la llave de las ciudades inteligentes, del conocimiento. Lo que interesa a las empresas, a los gobiernos. Es el presente de la sociedad y, sobre todo, es el futuro del mundo.
“Estamos muy contentos de confirmar que Barcelona continuará siendo la Mobile World Capital y el hogar del Mobile World Congress para los próximos ocho años”, dijo ayer por la mañana John Hoffman, consejero delegado de la GSMA, en Shanghai. Su declaración se reprodujo en un comunicado que envió la GSMA. Hoffman es el hombre fuerte sobre el terreno (Barcelona) de una organización que engloba a las principales empresas de telefonía y operadoras de todo el mundo. La avanzadilla del congreso, la persona que la semana pasada recibió oficialmente de manos de la alcaldesa Ada Colau la propuesta de quedarse hasta el 2023, y quien la recibió a finales de marzo después de que el director general de la Fira, Agustín Cordón, ya le hubie- ra tanteado. Dos directivos, Hoffman y Cordón, que han hecho equipo, como también lo han hecho las dos entidades que representan. Durante el congreso y en la fundación del Mobile, durante todo el año.
Barcelona presentó la propuesta de prolongación después de un congreso, el de este año, con 94.000 visitantes profesionales, una economía inducida en la ciudad de unos 436 millones de euros. Antes había conseguido tranquilizar a Hoffman y a la GSMA en la última demanda que quedaba pendiente: la entrada en funcionamiento de la L9 del metro, que estará a punto para el congreso del año que viene. También porque se habían observado movimientos de otras ciudades. En esto, la ciudad —especialmente Fira— siempre ha jugado de for-
Otras cinco ciudades europeas estaban al acecho por si fallaba la capital catalana El papel del consejero delegado de la GSMA y del director general de Fira ha sido decisivo
ma inteligente. Cuando se buscaba ciudad en el 2012 para acoger el congreso y la capitalidad por cinco años, Barcelona (que lo albergaba desde el 2006) hizo una propuesta, pero por seis años. Ahora, en vez de esperarse al 2017, a que en esa edición la GSMA volviera a poner sobre la mesa uno de los eventos empresariales más codiciados del mundo, presentó su propuesta dos años antes, en el 2015. La Fira ha asumido en el MWC aspectos estratégicos en congresos de estas características como las acreditaciones, la logística, la conectividad... La GSMA, cuando decidía si Barcelona sí o si Barcelona no, no evaluaba sólo un emplazamiento.
“Esta es una fantástica noticia para todo el conjunto de la ciudad y, en este sentido, agradecemos la implicación de todos los hoteleros, que han sido clave para mantener el MWC”, comunicó ayer el Gremio de Hoteles de Barcelona. El congreso llegó a Barcelona cuando se llamaba 3GSM y prometía a 50.000 congresistas. Aterrizó en febrero del 2005 en El Prat entre turbulencias (en sentido literal), en un avión de hélices con apenas medio centenar de viajeros entre los que destacaban representantes de Turisme de Barcelona, del Ayuntamiento y de Fira. Regresaban de Cannes, tras atar que el congreso de telefonía, que entonces se celebraba allí, se mudara a Barcelona. En el paseo marítimo de la ciudad francesa se servían ostras regadas con champagne, pero los pocos hote- les y sus altos precios llevaban de cabeza a los organizadores y a los asistentes. Y la GSMA quería dar el salto, crecer sin límites, como su tecnología.
El precio de las habitaciones fue una de las primeras quejas también al llegar a la capital catalana, hasta que se solucionó con el bloqueo de estancias para la organización. La complicidad del sector hotelero ha sido una de las claves para conseguir la prolongación del contrato. Una de las cláusulas de la propuesta de Bar- celona fija el compromiso de garantizar a la organización del certamen un mínimo de 29.000 habitaciones para los participantes. Por lo que respecta a los precios, en el 2019 y el 2020, las tarifas se incrementarán en función del IPC español y, en ningún caso, la subida superará el 3%. A partir del 2020 podría aumentar el número de habitaciones reservadas en 500 cada año, hasta alcanzar las 31.000 en el 2023.
“El congreso no sólo es un gran atractivo turístico, sino que sitúa a España en el más alto nivel en cuanto a tecnologías de la información”, dijo ayer el ministro de Industria, José Manuel Soria. El trabajo de las tres administraciones: Gobierno central, Generalitat y Ayuntamiento ha sido clave. Compromiso político, respaldo institucional —con gran valor cuando se trata de un congreso que acoge a más de 200 nacionalidades— y económico. Las tres administraciones aportan dinero a la capitalidad. Contribuyen con cinco millones de euros anuales. El dinero va directamente a la fundación del Mobile (no al congreso). Esta institución se espera que, con la prolongación del contrato, gane empaque y permita aumentar las funciones sociales de la capitalidad tan demandadas por la alcaldesa Colau, que ayer volvió a insistir en la importancia de “redistribuir mejor la riqueza” del Mobile “al conjunto de la ciudad” y también de “desarrollar una industrial local vinculada a las nuevas tecnologías móviles que tenga aplicaciones más socia-
La acción coordinada de Ayuntamiento, Generalitat y Estado ha allanado el camino El congreso del móvil ha dado un enorme salto de escala desde que se mudó a Barcelona
les, ambientales y sostenibles”. Estos ya son, de hecho, los objetivos de la fundación que ahora preside Colau.
El MWC, en sus diez años en Barcelona, ha evolucionado como el propio sector. Dejó de ser una feria en la que se presentaban terminales o en la que Paul Newman aseguraba que con los móviles se podían ver películas. Se ha convertido en un encuentro mundial de gobiernos, multinacionales, operadoras y emprendedores, un pequeño parque temático empresarial-tecnológico desde donde se llevan a cabo acuerdos globales y de trascendencia mundial. Un poso nada desechable: desde que el Mobile se celebra en la ciudad, Barcelona acoge encuentros corporativos de empresas tecnológicas. Barcelona sigue en el mapa.