Silencio muy crítico de Arabia Saudí y las monarquías del golfo Pérsico
Redacción y agencias Los monarcas del golfo Pérsico no han abierto la boca para dar su opinión sobre el acuerdo nuclear con Irán, pero no hacía falta. El silencio oficial evidencia que el pacto no ha sentado nada bien en Arabia Saudí y sus pequeños aliados del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG).
Hace meses que estos países advierten del grave peligro que es confiar en la palabra de los iraníes. Consideran que sólo las sanciones y el aislamiento sirven para impedir que la república islámica tenga la bomba atómica.
Los nervios estaban ayer a flor de piel en Riad y a falta de un comunicado de la casa de los Saud hay que valorar el comentario de Mohamed al Mohya, presentador de las noticias en el canal 1: “Irán ha sembrado el caos en el mundo árabe y ahora, después del acuer- do, este caos se extenderá aún más. Los países del CCG deben reducir su confianza en Estados Unidos y prestar más atención a Rusia y China”. Opiniones similares ofrecieron analistas y líderes religiosos saudíes a través de las redes sociales. Un funcionario saudí declaró a Reuters a través de una de estas redes que “Oriente Medio será una región más peligrosa a partir de ahora”.
Irán y Arabia Saudí compiten por la supremacía en Oriente Medio. Los saudíes consideran que el apoyo iraní a los rebeldes hutíes en Yemen, al presidente sirio Bashar el Asad, a la milicia libanesa de Hizbulah y a otros grupos armados chiíes en Oriente Medio son un claro ejemplo de que Teherán busca dominar la región.
Arabia Saudí, cuna del islam, es el más rico de los países árabes. También es el régimen más conservador. El sistema judicial no tiene garantías y está basado en la charia. Las penas incluyen decapitaciones –más de 90 en los primeros seis meses de este año– y amputaciones de manos. Las mujeres no tienen derechos. Ni siquiera pueden conducir. La liber- tad de expresión no existe. Las voces críticas, periodistas que tuvieron el atrevimiento de abrir foros de debate sobre la democracia y la libertad, han sido condenados a penas de cárcel que superan con creces los 10 años. El bloguero Raif Badawi deberá recibir mil latigazos durante sus diez años en prisión.
Riad dirige la contrarrevolución contra los movimientos sociales y políticos que impulsaron las primaveras árabes. Es el principal sostén de la dictadura del general Al Sisi en Egipto y hace unos meses lanzó sus aviones contra los rebeldes hutíes en Yemen sin avisar a Washington, señal de los nuevos tiempos.