Capital privado solidario para un hospital de día infantil público
Vall d’Hebron triplica su capacidad de tratamiento oncológico de niños
Vall d’Hebron estrenó ayer su nuevo hospital de día de oncología infantil definido por sus pequeños usuarios habituales con un “esto no parece un hospital”. Es lo que pretendía el proyecto , además de proporcionar el triple de camas de tratamiento ambulatorio y de instalar la tecnología más avanzada. Y el proyecto se ha hecho realidad tras cuatro años de campaña incansable de recaudación de fondos a cargo de la Fundació Small, la creación de una pareja, Nacho Mercadé y Laura Lucaya. “Quién nos iba a decir cuando nuestro hijo Pablo salió curado en 2007 que podríamos llegar a hacer algo tan maravilloso”, confesó Mercadé.
La pareja ha buscado la complicidad bajo las piedras, en cada fundación filantrópica, en cada amigo deportista o famoso. Y así han reunido 1,6 millones de euros para que los niños y niñas como Pablo, que superó una leucemia, puedan estar todos esos meses de quimioterapia, de ensayos clínicos o de trasplantes de precursores hematopoyéticos en un ambiente agradable, luminoso, con colores y mucho espacio para ser niños, aunque estén muy enfermos.
Los 1,6 millones se han convertido en la posibilidad de que oncología y hematología infantil de Vall d’Hebron –el que atiende más casos de todo el Estado– haya multiplicado por cinco su espacio y por tres el número de camas y puntos de tratamiento. “Si ahora hacemos unos 4.000 tratamientos al año, queremos superar los 5.000 con las nuevas instalaciones”, asegura el jefe de oncología Josep Sánchez de Toledo.
Los padres de Pablo lograron con- vencer a la fundación Joan Ribas Araquistain, a la Obra Social de La Caixa, a la fundación Vila Casas y a particulares como el tenista Àlex Corretja o la modelo Martina Klein. En la inauguración, todos los donantes han reconocido un vínculo especial con el cáncer infantil y también el de adultos. Como Antoni Vila Casas, que además de recordar el linfoma que logró superar hace unos años, hizo hincapié en uno de los “valores más grandes de un pueblo frente al dolor, que es tomar decisiones que permitan solucionarlo”. Y anunció su compromiso para ayudar en un nuevo hospital de día de adultos.
“Es una muestra de madurez social”, recalcó el conseller de Salut, Boi Ruiz, “una posibilidad de retornar a la sociedad lo que se ha recibido y que nos permite llegar a donde no podemos llegar con los presupuestos públicos”. Ruiz halagó el mecenazgo de la aportación económica que se pone en manos de la sanidad pública y recordó a “otros mecenas de gran impacto en los hospitales, los voluntarios, que aportan su tiempo”.
Aparte de una decoración amable y de colores y un local espacioso y con mucha luz natural, y un lugar donde también hay sitio para los familiares, el equipamiento del infantil del Vall d’Hebron permitirá dar una atención integral, con una unidad para ensayos clínicos, una sala de exploraciones con posibilidad de sedar y un espacio donde puedan estar niños con inmunosupresión, como los sometidos a trasplantes de progenitores hematopoyéticos. Vall d’Hebron es el hospital con más trasplantes de este tipo, 1.200 hasta ahora, y esperan aumentar con estos nuevos equipamientos.
El empuje de los padres de un niño que superó una leucemia ha reunido 1,6 millones de 4 fundaciones