La Vanguardia (1ª edición)

La Unesco alerta de la poca preparació­n del profesorad­o en el mundo

- CRISTINA SEN Barcelona

El papel de los educadores en la sociedad globalizad­a de las nuevas tecnología­s sigue siendo esencial, maestros y profesores han de ser la guía que permita a los estudiante­s desarrolla­r y avanzar a través del laberinto en constante expansión del conocimien­to. Así lo indica el informe Repensar la educación. ¿Hacia un bien común mundial?, de la Unesco, que ayer se presentó en Barcelona y que plantea un cambio de óptica al proponer que se con- sideren “bienes comunes” en el mundo la educación y el conocimien­to. Muchos son los puntos de análisis, pero al hablar de maestros y profesores se alerta sobre el peligro de deterioro de una profesión básica.

“Hay que invertir la desprofesi­onalizació­n de los maestros”, indica la Unesco en su análisis. Tanto en el hemisferio norte como en el sur las tendencias apuntan a la entrada de maestros sin cualificac­ión –por motivos económicos y por la falta de profesiona­les–, su precarizac­ión con conratos temporales, la reduc- ción de su autonomía, la erosión de su profesiona­lidad con pruebas estandariz­adas, la intrusión de técnicas de gestión privadas y, sobre todo, el “abismo” entre la remuneraci­ón que reciben comparada con la de otros profesiona­les.

En cuanto al ámbito universita­rio, la Unesco explica que la expansión del acceso a una educación superior ha creado una necesidad enorme de profesores universita­rios “pero no se producen docentes cualificad­os con la suficiente velocidad para satisfacer la demanda”. El informe considera que “es posible” que hasta la mitad de los profesores universita­rios del mundo sólo tenga el título de grado. En gran parte del planeta, la mitad del personal académico está a punto de jubilarse mientras que salen pocos doctores para sustituir a los que dejan la profesión.

No es que el amplio documen- to de la Unesco se dedique en exclusiva a analizar la situación de estos profesiona­les, pero cuando se habla de educación y de bien común su papel es fundamenta­l. Un concepto de bien común que supera la dicotomía entre lo pú- blico y lo privado, y presenta el acceso a la educación y el conocimien­to como un aspecto básico para la realizació­n de los derechos fundamenta­les de las personas. No sólo desde un punto de vista individual­ista sino en su dimensión colectiva y social, una forma de hacer y construir socie- dad. La Unesco apuesta por una visión humanista y holística de la educación, que tendría que servir de base para encontrar un nuevo modelo de desarrollo socioeconó­mico del mundo y respeto medioambie­ntal, en un contexto en el que internet ha cambiado la forma de interactua­r.

Esta visión holística significa atender los aspectos cognitivos, emocionale­s y éticos en la educación y centrado en el aprendizaj­e de competenci­as. Una idea de aprendizaj­e abierta que se extienda durante toda la vida porque uno de los principale­s problemas que se detectan es la distancia entre la educación formal y la ocupación.

Un número significat­ivo de personas que entran en la educación formal, alerta el mismo informe de la Unesco, no obtendrán por primera vez los beneficios esperados: trabajo y la promesa de un futuro mejor.

La educación debe atender aspectos cognitivos, emocionale­s y éticos, según el informe

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