La Vanguardia (1ª edición)

La oposición revoca el veto al burka en Reus

La CUP, ERC, PSC y Ara Reus se alían en el primer pleno contra la ordenanza de civismo y advierten a CiU de la dificultad de gobernar en minoría

- ESTEVE GIRALT Reus

En una clara declaració­n de intencione­s, los principale­s partidos de la oposición en el Ayuntamien­to de Reus (Baix Camp), con la CUP y sus seis concejales al frente, se han unido en el arranque del nuevo mandato para dejar sin validez una de las decisiones más controvert­idas del anterior gobierno (CiU y PP). La polémica ordenanza de civismo, aprobada en el 2014, quedará sin ningún efecto. El reglamento incluía la prohibició­n de vestir burka y niqab en la vía pública, norma que en febrero suspendió de forma cautelar el TSJC.

Carles Pellicer (CiU), reelegido alcalde en minoría, con sólo siete de los 27 ediles que forman el plenario, sabía de sobra que sería tarea ardua gobernar Reus sin alcanzar ningún pacto ni lograr más apoyos que los de su propio partido. El alcalde intuía probableme­nte un arranque de mandato agrio, con un primer revés. La reacción de Pellicer ha sido rápida, con la aproba- ción ayer mismo de un decreto para constituir una comisión que “estudiará y propondrá posibles modificaci­ones de la ordenanza de civismo”.

El gobierno de CiU invita a representa­ntes de todos los grupos a integrar el equipo de trabajo que junto a técnicos municipale­s deberá empezar a debatir a partir de septiembre una “propuesta de texto alternativ­o que debería de llevar a la negociació­n a los grupos municipale­s que han votado a favor de la derogación”. La CUP, PSC, ERC y Ara Reus sumaron sus 14 votos, el límite que marca la mayoría en Reus; CiU, PP y Ciutadans (13) votaron en contra de revocar la ordenanza.

“Por el bien de la ciudadanía y de Reus, los partidos debemos alcanzar acuerdos. No habrá gobernabil­idad sin consenso”, pidió Pellicer. Aunque el principal punto de discusión siempre ha sido el veto al burka, otras de las disposicio­nes de la ordenanza de civismo enervaron en el anterior mandato a algunos de los grupos de la oposición.

La CUP ha sido uno de los grupos más beligerant­es por considerar el reglamento “un ataque a la libertad individual”. El partido liderado por David Vidal exigió la anulación de la ordenanza como una de las condicione­s innegociab­les para llegar a acuerdos antes de la formación del nuevo gobierno, tras las últimas elecciones.

Mientras no se apruebe la nueva ordenanza de civismo o la derogación definitiva de la actual, Pellicer aseguró que seguirá siendo válido el reglamento aprobado por el anterior gobierno y lanzó una advertenci­a a la oposición: “La convivenci­a en Reus puede estar en entredicho si no se regulan ciertos aspectos relacionad­os con el orden. Si se baja la guardia y resulta perjudicad­a la convivenci­a, será responsabi­lidad de los grupos que han votado a favor de derogar la ordenanza de civismo”.

La respuesta de la CUP fue contundent­e. El principal partido de la oposición pidió ayer al gobierno de CiU que “no haga trampa con la derogación de la ordenanza”, tras lamentar haber conocido por los medios de comunicaci­ón la creación de la comisión para modificarl­a. La CUP cargó además contra Pellicer por no haber previsto un “proceso de participac­ión ciudadana”, como pide la moción aprobada contra la ordenanza. La CUP anunció que participar­á en la comisión, pero con sus condicione­s, y destacó que a pesar de que por primera vez Pellicer acata una moción suya “la acción del gobierno no empieza con buen pie”.

El alcalde, Carles Pellicer, forzado a consensuar un nuevo reglamento cívico; la CUP exige un proceso de participac­ión ciudadana

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