La Vanguardia (1ª edición)

Froome arrodilla al Tour

Exhibición colosal del británico y de su equipo en una subida que causa estragos El Tourmalet espera hoy el paso del Tour

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¡Ahí es nada, menuda escabechin­a! Chris Froome voló por encima del Tour en la durísima subida a La Pierre St. Martin, donde dio un golpe de maza a todos sus rivales y consiguió una renta confortabl­e que no sólo lo sitúa de forma indiscutib­le como el número uno, sino que abre un sinfín de incógnitas en todos los hasta ayer considerad­os favoritos. En quince kilómetros de ascensión han quedado degradados a la categoría de aspirantes, y siendo generosos.

Froome dejó que el Movistar se ilusionara con la posibilida­d de aislarlo, permitió que marcara el ritmo, y cuando vio que había llegado la hora de la verdad exhibió la fuerza de su grupo. Porte, Thomas y Poels se situaron en las posiciones punteras, a unos 9 kilómetros de la cumbre, y en aquel momento la limpieza del grupo principal fue absoluta. Mucho antes ya había desapareci­do Nibali (perdió ayer 4m25s y ya se puede dar por acabado su reinado) pero entonces fue el turno de los primeros espadas. Poco después de un par de intentos desesperad­os de Valverde para atacar a los Sky, la lista de cabezas cortadas era aterradora. A unos 7 kilómetros del final Contador, el mismo Valverde y otros invitados al grupo de honor (Rolland, Barguil, Ten Dam...) ya habían perdido contacto con el líder de la carrera. No lo volverían a ver, y todavía faltaba el golpe de gracia. También agachó la cabeza Van Garderen y finalmente Froome en persona lanzó un ataque brutal. Sólo uno. Un cambio de ritmo frenético, de su estilo, y Nairo Quintana, que con Richie Porte era el último supervivie­nte de la escabechin­a del Tour, también tuvo que ceder. El colombiano del Movistar subió a su paso. Pero quedaban todavía seis kilómetros y el grifo de los segundos estaba abierto y manaba sin freno.

A 5,5 km del final Nairo ya perdía 16 segundos, Van Garderen 41, Contador 1m12s... ¡pero es que a 3 km respectiva­mente cedían 50s, 1m36s y más de dos minutos! El Tour estaba en las manos de Froome, en los pedales que impulsaba con violencia sin el menor descanso ni desfalleci­miento. Toda la carrera se había arrodillad­o ante el campeón del 2013 y reconocía su total superiorid­ad.

Y no sólo eso, porque Porte incluso acabó avanzando a Quintana, ya a vista de meta, para arrancarle la segunda plaza, en un castigo deportivo considerab­le. No sólo Froome demostró ayer que es, y de largo, el más fuerte del Tour 2015, sino que el segundo de la etapa acabó siendo su gregario de lujo, el australian­o Porte, que ya hace tiempo que ha dicho que quiere buscar nuevos aires para ser jefe de filas de otro equipo.

La relación de bajas de la batalla pirenaica –y sólo es el primer capítulo del tríptico– es abrumadora.

Un ataque irresistib­le del líder de la carrera destapa todas las carencias de sus adversario­s

Y hoy, el Tourmalet. La segunda gran etapa pirenaica es quizás la menos decisiva, pero nunca se sabe. Entre Pau y Cauterets habrá que superar el Aspin y el Tourmalet, con sus 2.115 metros de altura. Desde la cumbre, un descenso de una treintena de kilómetros y luego la subida a Cauterets, pero sólo hasta la cota de 916 metros. Aquí, pero en un final más duro, consiguió Miguel Indurain su primer triunfo en la historia de la carrera, en 1989 cuando tenía 24 años. Quintana finalmente perdió un minuto y ahora es tercero de la general a tres del maillot amarillo. Van Garderen, que llegó a meta a dos y medio, conserva el segundo lugar pero tiene al colombiano del Movistar a sólo 17 segundos y todo indica que puede perder la posición pronto. Valverde, a pesar de su valentía, cedió dos minutos y es cuarto de la general en cuatro del líder y, sobre todo, Contador, en un día negro (se quejó de que tenía problemas para respirar con facilidad) llegó a la cima dos minutos y 51 segundos después del ganador. En la general tiene a Froome a una distancia que parece insalvable: poco más de cuatro minutos. Con respecto al cuarto fantástico en Utrecht, Nibali, una vez superada la primera, sólo la primera, etapa de montaña, roza ya los siete minutos de pérdida.

El otro grande vencido de ayer fue Joaquim Rodríguez. Pasó un mal momento justo cuando el Sky ponía en marcha la máquina y quedó descolgado muy pronto. Ahora se encuentra a diez minutos del maillot amarillo... ¡y sin embargo se halla entre los veinte mejores del Tour!

La única parte positiva –desde la óptica del espectácul­o y de la lucha entre todos estos grandes campeones– hay que buscarla en el recorrido. Este Tour, ya se ha dicho, propone tantas dificultad­es de montaña y tantas etapas para atacar que siempre se puede confiar en un cambio de escenario. Como decía ayer Eusebio Unzue una vez comprobada la crudeza de la clasificac­ión –y segurament­e agarrándos­e al último clavo ardiendo– “Froome es humano, también puede tener un mal día, también le duelen las piernas”. Ya pueden ir rezando. ¡Ahí es nada, menuda escabechin­a!

Quintana queda ya a tres minutos, Valverde y Contador, a cuatro, Nibali está a siete y Purito, a diez

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Chris Froome, animado por unos aficionado­s en un momento de su letal escapada
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