La Vanguardia (1ª edición)

El velocista testarudo

Juanmi Rando, capitán de la selección de natación, se marca los Juegos de Río como estación final de su carrera

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La señora Filomena nunca tuvo ocasión de aprender a nadar. Tenía pánico al agua. Al cabo de los años, cuando abrieron las piscinas municipale­s de Can Zam, en Santa Coloma de Gramenet, no tardó en apuntar a sus tres hijos. Al pequeño, de 8 años, se le dio bien aquello de nadar. Sobre todo de espalda...

Así empezó la historia deportiva de Juanmi Rando, el hijo de Filomena, el origen de todo y la energía interior de este espaldista perseveran­te que se ha propuesto participar en los Juegos de Río como estación final de su carrera. “Los Juegos pueden ser mi colofón, es la competició­n más importante, tendré 28 años, la edad perfecta para poner el punto final. Ahora sólo pienso en intentar ir, y después otra vida... Dejaré de competir si encuentro trabajo”, desvela Rando, capitán de la selección de natación, que el lunes debuta en el Mundial de Kazán en los 100 espalda, y el sábado que viene en los 50, sus especialid­ades.

Aunque para llegar a Río Juanmi tendrá que “hacer las cosas muy bien para lograr una pequeña mejora y obtener la mínima”, considera José Antonio del Castillo, entrenador jefe de la selección, que lo conoce desde los 15 años, cuando Juanmi llegó al CN Sant Andreu para perfeccion­arse, y que en el 2009 lo llevó al CAR de Sant Cugat para convertirl­o en nadador olímpico, como lo fue en el 2012. “En los últimos cuatro años ha nadado en 54 bajos (54,04 segundos hizo para clasificar­se para Londres), una marca que no será muy diferente de la mínima que exigirán, de 54,1 o 54,0 ”, estima Del Castillo, que ve Juanmi muy capaz de lograrla.

Capaz por condicione­s, por preparació­n y, sobre todo, por fortaleza mental. “Juanmi tiene las ideas muy claras, es tranquilo y tiene un rasgo muy importante: persigue los retos con insistenci­a, es perseveran­te, y un poco tozudo también. Eso le ayuda a mantenerse en su nivel, en el día a día”, lo define Del Castillo. Porque no es fácil hallar la motivación para entrenarse casi solo, para meterse en la piscina cada día a las 7 de la mañana, para nadar sus 9.000 metros diarios...

Para triunfar en esta vida de exigencia hay que tener la cabeza muy bien amueblada. Juanmi hizo un cambio de chip decisivo en el 2011, cuando se lesionó un hombro, se perdió el Mundial de Shanghai y tuvo que hacer una rehabilita­ción muy dura. Perdió el tren de la élite a un año de los Juegos. Del Castillo le cambió el programa de trabajo, optaron por bajar de los 200m y dedicarse sólo a la velocidad, los 100 y los 50. Paralelame­nte, Rando “entendió el porqué de las cosas, que no sólo se trata de entrenarse, sino que influye mucho cómo enfocas la vida”. Juanmi dio un vuelco. Incluso se deshizo de su tesoro más preciado, una Suzuki GSXR 600 que acababa de pagar. “La vi como un peligro. Curiosamen­te no me gustaba correr; me gustaba la moto, cómo sonaba, pasear tranquilo... Pero no quería que hubiera nada que me distrajera por el camino para ir a los Juegos”.

Rando se profesiona­lizó más. “Me lo tomé más seriamente, tenía que aprovechar lo que tenía. Antes no creía tanto en mí, dudaba”. Hasta que se clasificó para los Juegos del 2012. “Todo acaba saliendo. Mi filosofía de vida es que si crees en algo y pones el corazón lo acabas logrando. Por eso me dicen cabezota; me meto en el trabajo y hasta que no sale no paro”, confiesa Juanmi, que tiene ahora una fijación, su mayor reto: rebajar 5 décimas, medio segundo. El precio de ir a Río.

Juanmi Rando Gálvez

Santa Coloma de Gramenet, 27 años (26/III/88) 1,84 m – 76 kg Estudia C. Activitat Física Club: CN Sant Andreu 7.º en 100mE en Europeo 2014 25.º en 100mE en JJ.OO. 2012 5.º en 100mE en Europeo 2011 24 veces campeón España Recordman estatal de los 50m espalda (2009)

“Mi sueño es participar en la final olímpica, estar entre los ocho mejores del mundo”

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