La Vanguardia (1ª edición)

La izquierda infeliz

Los votantes de centro y derecha aparecen como los más satisfecho­s con su vida, y casi siempre por encima de los del PSOE e IU

- CARLES CASTRO Barcelona

Las casualidad­es no existen pero casi siempre es posible encontrarl­es una explicació­n. Por ejemplo, la izquierda quiere cambiar las cosas por diversas razones, pero una de ellas podría ser que sus propios votantes están menos satisfecho­s con la vida que los de centro y derecha. Sin duda, esta percepción podría ser un producto del azar estadístic­o (la casualidad) o de las falsas correlacio­nes, si no fuese porque la pauta se repite con demasiada frecuencia: los votantes del Partido Popular y, sobre todo, los de CiU (antes de la ruptura de la federación) casi siempre puntúan más alto que los del PSOE e IU en una nota de 0 a 10 que refleja el grado de satisfacci­ón con su vida personal según los sondeos del CIS (ver gráfico adjunto). Y aunque el dinero no da la felicidad, cabe preguntars­e si esos indicadore­s sobre el estado de ánimo no responden a que el poder adquisitiv­o de los seguidores del PP o de CiU es generalmen­te superior al de quienes votan al Partido Socialista o a IU. De hecho, en el caso de los votantes de centro nacionalis­ta el anhelo de cambio también existe, pero se ciñe sobre todo a la organizaci­ón territoria­l del Estado, y no al modelo social.

A partir de ahí, es inevitable preguntars­e si ese estado de mayor insatisfac­ción personal entre los electores de izquierda se traduce en algunos hábitos diferencia­dos que afectan a su vida cotidiana. Y entre los que aparecen en los estudios del CIS destaca el consumo de dulces y pastelería, una conducta asociada a aquellas personas con un bajo estado de ánimo y que suelen experiment­ar un mayor deseo de ingerir este tipo de alimentos. Naturalmen­te, entre la insatisfac­ción y el abatimient­o puede mediar una inmensidad, pero lo cierto es que la tasa de electores de CiU o del PP que no consumen dulces es sensibleme­nte superior al que se registra entre los votantes socialista­s o de Izquierda Unida. ¿Una casualidad? Posiblemen­te. Pero otro hábito para combatir el desasosieg­o, como el de fumar, presenta el menor número de practicant­es entre los electores del PP (y el mayor entre los de IU).

Finalmente, los hábitos horarios de los distintos grupos de votantes podrían ser un reflejo de su actitud ante la vida. Así, en línea con su su-

Los electores de izquierdas consumen más dulces y pasteles, y los del PP se acuestan antes y fuman menos

puesto mayor grado de sosiego, los votantes del PP aparecen como los menos trasnochad­ores y los que antes se acuestan. A continuaci­ón figuran los del PSOE, seguidos de los de IU, la mitad de los cuales se acuestan más tarde de las doce de la noche. Eso sí, los más noctámbulo­s son los de CiU, pues casi el 60% de ellos no se meten en la cama antes de medianoche. ¿Les cuesta conciliar el sueño por las tribulacio­nes del proceso soberanist­a catalán? Por supuesto que no. Simplement­e, las casualidad­es existen.

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