La izquierda infeliz
Los votantes de centro y derecha aparecen como los más satisfechos con su vida, y casi siempre por encima de los del PSOE e IU
Las casualidades no existen pero casi siempre es posible encontrarles una explicación. Por ejemplo, la izquierda quiere cambiar las cosas por diversas razones, pero una de ellas podría ser que sus propios votantes están menos satisfechos con la vida que los de centro y derecha. Sin duda, esta percepción podría ser un producto del azar estadístico (la casualidad) o de las falsas correlaciones, si no fuese porque la pauta se repite con demasiada frecuencia: los votantes del Partido Popular y, sobre todo, los de CiU (antes de la ruptura de la federación) casi siempre puntúan más alto que los del PSOE e IU en una nota de 0 a 10 que refleja el grado de satisfacción con su vida personal según los sondeos del CIS (ver gráfico adjunto). Y aunque el dinero no da la felicidad, cabe preguntarse si esos indicadores sobre el estado de ánimo no responden a que el poder adquisitivo de los seguidores del PP o de CiU es generalmente superior al de quienes votan al Partido Socialista o a IU. De hecho, en el caso de los votantes de centro nacionalista el anhelo de cambio también existe, pero se ciñe sobre todo a la organización territorial del Estado, y no al modelo social.
A partir de ahí, es inevitable preguntarse si ese estado de mayor insatisfacción personal entre los electores de izquierda se traduce en algunos hábitos diferenciados que afectan a su vida cotidiana. Y entre los que aparecen en los estudios del CIS destaca el consumo de dulces y pastelería, una conducta asociada a aquellas personas con un bajo estado de ánimo y que suelen experimentar un mayor deseo de ingerir este tipo de alimentos. Naturalmente, entre la insatisfacción y el abatimiento puede mediar una inmensidad, pero lo cierto es que la tasa de electores de CiU o del PP que no consumen dulces es sensiblemente superior al que se registra entre los votantes socialistas o de Izquierda Unida. ¿Una casualidad? Posiblemente. Pero otro hábito para combatir el desasosiego, como el de fumar, presenta el menor número de practicantes entre los electores del PP (y el mayor entre los de IU).
Finalmente, los hábitos horarios de los distintos grupos de votantes podrían ser un reflejo de su actitud ante la vida. Así, en línea con su su-
Los electores de izquierdas consumen más dulces y pasteles, y los del PP se acuestan antes y fuman menos
puesto mayor grado de sosiego, los votantes del PP aparecen como los menos trasnochadores y los que antes se acuestan. A continuación figuran los del PSOE, seguidos de los de IU, la mitad de los cuales se acuestan más tarde de las doce de la noche. Eso sí, los más noctámbulos son los de CiU, pues casi el 60% de ellos no se meten en la cama antes de medianoche. ¿Les cuesta conciliar el sueño por las tribulaciones del proceso soberanista catalán? Por supuesto que no. Simplemente, las casualidades existen.