Nadie es más que nadie

Voy a contarles un cuento, el cuento que me contaba mi abuelo cuando yo era pequeño. Érase una vez un arrogante antropólogo que llegó al campo para realizar algunas investigaciones y le pidió a un campesino que le ayudara a cruzar el río en su balsa. Mientras navegaban, el doctor le preguntó al humilde obrero si sabía leer; cuando le contestó este que no, el profesional le dijo: “¡Cuánto lo siento, ha perdido usted una cuarta parte de su vida!”. A continuación le preguntó si sabía escribir, y cuando le contestó que no, le volvió a decir: “¡Cuánto lo siento, ha perdido usted otra cuarta parte de su vida!”. De inmediato le continuó preguntando si tenía dinero y si había viajado por muchos lugares del mundo, y cuando el sencillo hombre le respondió que no, le dijo: “¡Cuánto lo siento, ha perdido usted otra cuarta parte de su vida!”.

De repente, una fuerte corriente golpeó el bote y le dio la vuelta a la barca, lanzando a los dos ocupantes al agua. El jornalero comenzó a nadar tranquilamente hacia la orilla y le gritó al asustado antropólogo: “¿Puede usted nadar?”. Con dificultad por el agua que estaba tragando, le contestó que no. Entonces le dijo el campesino: “¡Cuánto lo siento, ha perdido usted toda su vida!”.

Recuerde esta verdad: nadie es más que nadie y nadie es menos que nadie; sólo somos diferentes.

VENANCIO RODRÍGUEZ SANZ

Zaragoza