La voz del jardín de rosas
Los americanos tienen un apelativo, “one hit wonder”, para definir a esos artistas de un solo éxito que nunca logran acercarse ni por asomo a ese hito. Aplicar el apelativo a Lynn Anderson sería injusto, pese a que esta cantante country será recordada básicamente por convertir la canción (I never promised you a) Rose garden en un éxito mundial. Sin embargo, para aquellos interesados en la música country, Anderson era una de sus grandes leyendas.
Hija de padres compositores, Lynn Anderson parecía destinada a entrar de lleno en el mundo de la música en su Dakota del Norte natal. Pero sorprendentemente no fue así. Sus progenitores se instalaron en California y la joven Lynn se aficionó allí a los espectáculos de equitación. Llegó a ganar más de 700 trofeos, y en 1966, antes de cumplir los veinte años, fue coronada reina de la equitación.
Esa popularidad, unida a sus contactos en el mundo de la música, le permitió fichar con Chart Records, una de las discográficas de Nashville. Su madre le escribió sus primeros éxitos y la canción If I kiss you llegó al número cinco de la lista country. Estaba en el buen camino y una de las grandes, Columbia Records, la contrató. Era 1970 y tenían una propuesta interesante para ella. Un joven compositor, Joe South, que había tenido ya un buen éxito con el tema Game people play, había compuesto otra canción a la que le iría bien una voz femenina. Era Rose garden, aunque muy pronto se la reconocería por toda la estrofa: “I never promised you a rose garden” (nunca te prometí un jardín de rosas).
Fue su primer número uno en las listas country y allí se quedó cinco semanas seguidas. Pero su popularidad se extendió también hacia las emisoras de música pop, donde llegó al número tres, y cruzó fronteras para convertirse también en un éxito en el cotizadísimo mercado británico (estuvo entre las cinco primeras), Holanda, Aus- tralia y un sinfín de países más. El álbum homónimo, editado ya en 1971, se convirtió en el disco más vendido por una cantante country durante 25 años. No fue hasta la llegada de Shania Twain, en 1997, que perdió el récord. Rose garden también supuso el primer premio Grammy para Anderson, como intérprete.
Un hito difícilmente superable. Y no lo hizo. Al año siguiente el disco Listen to a country song fue otro gran éxito, especialmente por la canción Cry, aunque ya no traspasó a las radios más generalistas. Luego, la popularidad de Anderson fue decayendo. En 1980 publicó su último disco con Columbia y se pasó a una compañía menor, Permian Records, con los que en 1983 obtuvo su último éxito, You’re welcome to tonight, un dúo con Gary Morris. Sin embargo, el resto de su discografía no es despreciable y en el 2004 fue de nuevo nominada a los Grammy por el disco Bluegrass sessions.
Estos últimos años, sin embargo, estuvo de actualidad sobre todo por haber sido arrestada en varias ocasiones conduciendo después de haber consumido drogas. Este año, después de una gira por Italia, sufrió una neumonía que acabó resultando letal. Murió el pasado jueves a los 67 años.
Durante 25 años fue la cantante country con el disco más vendido de la historia