La Supercopa maldita
Guardiola se queda a un minuto de ganar y pierde en los penaltis el título que se le resiste
Copa del Rey, Liga, Champions, Supercopa de España, Supercopa de Europa, Mundial de clubs, Copa de Alemania, Bundesliga pero no la Supercopa alemana. Pep Guardiola ha ganado todos los trofeos que ha disputado como técnico menos uno. Le continúa faltando un título: la Supercopa maldita. Acostumbrado a llegar y besar el santo y a saltar los listones a la primera, Guardiola lleva tres años tropezando con la misma piedra. Dos veces frustró el Borussia Dortmund a su Bayern y ayer los bávaros se quedaron a un minuto de la victoria. En el 89 Bendtner empató el gol de Robben y luego los penaltis favorecieron al Wolfsburgo.
Si al Bayern se le resiste la Supercopa en Alemania, el París Saint-Germain, que el curso pasado ganó las cuatro competiciones en Francia, sigue siendo un tirano en su país. Da igual que la Supercopa gala se trasladase a Montreal. Los parisinos aplastaron al Olympique de Lyon con un arranque explosivo. Aurier y Cavani sentenciaron por la vía rápida pa- ra los de Laurent Blanc, que eligió al alemán Trapp para defender la portería en detrimento de Sirigu, titular hasta ahora.
No tardó ni un minuto el Bayern en conectar con el veloz Douglas Costa por la banda izquierda. Para eso quiere Guardiola al brasileño, para que llegue a la línea de fondo. El gigante bávaro sigue sin poder utilizar a Franck Ribéry y el técnico de Santpedor ha considerado este verano que era el momento de doblar la posición. Fichado por 30 millones del Shakthar Donetsk, donde jugó seis temporadas, Costa fue uno de los más activos del ataque del Bayern. En la primera acción del duelo ya le ganó la espalda al lateral pero su centro no fue bueno. Sin embargo, ese era el camino. Como se de- mostró en la segunda parte cuando el fichaje desequilibró a su par con una bicicleta, centró, Lewandowski molestó al portero y Robben empalmó a la red.
Antes, Douglas Costa ya hubiera podido decantar el duelo pero en una combinación con Lewandowski pecó de generoso. El polaco se giró en el área, toda la defensa local intentó cerrarle el disparo y él, listo, tocó para la llegada del nuevo. Con todo a favor, el brasileño prefirió lo más difícil, devolverle el favor a Lewandowski y la defensa acabó por cortar el pase atrás. Demasiado recargado.
En cambio, el Wolfsburgo era todo electricidad. Con las incorporaciones de Ricardo Rodríguez y Vierinha y con la verticalidad de Perisic y De Bruyne, el mejor futbolista de la última Bundesliga. El belga volvió a demostrar que es un rayo a la contra y a punto estuvo de pagarlo caro el Bayern. Ni siquiera una de las salidas de Neuer pudo evitar el peligro. Porque De Bruyne lo sorteó con un magnífico autopase con la cabeza. Con la portería vacía pero con la presión del defensa, el pelirrojo quiso chutar sin colocarse bien el balón y no acertó a atinar.
Pero para demostrar que la Supercopa no es el torneo favorito de Pep, en otro contragolpe, el Wolfsburgo empató cuando sólo restaba un minuto para el final del partido, el Bayern ya acariciaba el título y Guardiola había hecho debutar a Arturo Vidal. Todo parecía decidido. Ya nadie contaba con que De Bruyne se escapase por la derecha y metiese un centro raso al primer palo donde Bendtner, que había sustituido a Dost, se adelantó a Benatia, envió a la red y forzó la tanda de penaltis. Allí Casteels paró el lanzamiento a Xabi Alonso y Bendtner transformó el último para ser el héroe local por segunda vez en la misma noche.
Bendtner fue el héroe al empatar en el 89, Xabi Alonso falló en la tanda y el danés transformó el quinto El PSG no tuvo contemplaciones con el Olympique de Lyon, al que sentenció por la vía rápida