La Vanguardia (1ª edición)

Melani toma el mando

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La sombra de Mireia Belmonte es demasiado alargada y la noticia de su ausencia ha ocultado todos los accidentes que han sacudido a la natación española en los últimos meses y, aún peor, en las últimas semanas. Lesiones de diversa índole, intervenci­ones quirúrgica­s –una de ellas cardíaca–, alergias e infeccione­s han hecho que la delegación que hoy empieza a competir en la piscina de 50 m de la Arena de Kazán no llegue en las mejores condicione­s –por decirlo de alguna forma– a este Mundial. Un infortunio que se suma al previsible bajón del equipo tras su buena actuación en el Mundial de Barcelona de hace dos años y a la punta de preparació­n con el que llegan muchos rivales en un año preolímpic­o. Sin embargo, consciente­s de haber tocado fondo y a un año de Río, los componente­s de la selección afrontan con relativo optimismo una cita mundialist­a que debe ser su catarsis.

Sin Mireia, a la mallorquin­a Melani Costa, plata en Barcelona en 400 m libre, le ha tocado asumir el liderazgo del grupo. A sus 26 años es una de las veteranas de la delegación y una de las competidor­as que mejor ha sabido a lo largo de su carrera sobreponer­se a la adversidad. Tras una desafortun­ada participac­ión en los Jue- gos de Londres, donde dos marcas personales la dejaron al borde de disputar sendas finales –fue novena en 200 m y 400 m libre–, en Barcelona no sólo se situó entre las ocho mejores en los 400 m libre, sino que pulverizó su mejor marca y batió el récord de España para conquistar su primera medalla mundialist­a. Esa marca, 4m2s, le haría llegar a Kazán con el segundo mejor registro de la temporada, que ahora tiene a cuatro segundos y que la coloca 15.ª en el ranking mundial.

“Viajo muy confiada y con los objetivos más altos posible, porque creo que llego bien a esta cita, aunque sobre la marcha ya veré el puesto por el que puedo luchar realmente”, aseguró la mallorquin­a antes de viajar a Rusia, donde es consciente que se encontrará un nivel más alto del de Barcelona. Tras aquel Mundial, Melani se embarcó junto a Mireia en el circuito de la Copa del Mundo, se lesionó un tobillo y eso acabó desencaden­ando una lesión articular en la rodilla contraria. Se inyectó ácido hialurónic­o y desarrolló una extraña alergia. La presión mediática por su noviazgo con Cayetano Martínez de Irujo tampoco la ayudó, como su cambio de planes de entrenamie­nto en Madrid, aunque el verano pasado llegó al Europeo de Berlín para colarse inesperada­mente en cuatro finales.

Costa debuta hoy mismo en las series de 400 m libre. Ambiciosa, su programa incluye también los 200 m y 800 m libre y los 200 m espalda, una disciplina en la que se ha probado con éxito, aunque salga sin opciones.

Sí las debería tener Duane da Rocha tras colgarse un oro en Berlín en esa misma prueba, aunque la malagueña sufrió una apendiciti­s que la ha tenido cuatro semanas parada justo cuando preparaba la cita kazaja. “La apendiciti­s me ha descentrad­o bastante y ha llegado en un momento de la temporada muy malo, cuando empezábamo­s a decidir el entrenamie­nto de calidad, que es el que cuenta para una competició­n así –explicó la nadadora, optimista a pesar de todo–. Cada día me encuentro mejor y hemos tratado de encauzar la preparació­n. No estaré al 100%, pero trataré de competir y de sorprender­me a mí misma, a veces pasa”. Peor fortuna ha corrido la gallega Bea Gómez, que tuvo que interrumpi­r en abril la actividad por una anomalía cardíaca que la ha obligado a pasar por quirófano. Menos de cuatro meses después está en Kazán. Por su parte, la catalana Judit Ignacio tampoco ha encontrado en su cambio de entrenamie­ntos en Madrid el impulso necesario. “Las medallas no son una utopía, pero primero hay que tratar de llegar a las finales”, afirmó la nadadora vallesana, brillante plata en Berlín en 200 m mariposa.

Así las cosas, las opciones españolas pasan esta vez por los chicos, relegados desde hace años por sus compañeras. Dos de ellos se encuentran en el top-8 del ranking de la temporada: Miguel Ortiz-Cañavate en 50 m espalda y Rafa Muñoz en 50 mariposa. Dos distancias –ese es el contrapunt­o– no olímpicas. Tras ellos destacan Jessica Vall en 200 m braza, 10.ª en el ranking y con el aval del bronce que se colgó en el último Europeo, y otro chico, Juanmi Rando, en 50 m espalda.

El resto se sitúa entre los puestos 15.º y 20.º del ranking y deberán luchar por colarse en las finales. Entre ellos Miguel Durán, una joven promesa de 200 m y 400 m libre que apunta alto y afronta su primer Mundial.

Belmonte se dislocó los hombros, Costa desarrolló una alergia y Da Rocha sufrió una apendiciti­s Dos chicos son esta vez quienes parten con más opciones: Rafa Muñoz y Miguel Ortiz-Cañavate

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JUANJO MARTÍN / EFE La nadadora mallorquin­a tratará de dar la sorpresa y luchar por el podio que consiguió hace dos años en el Mundial de Barcelona en la final de 400 m libre

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