Hacerse valer en la trinchera
María Recuero, secretaria general de USOC
Se supera haciéndote valer. Sin autoritarismo”. Esa es la receta de María Recuero para poder dirigir el tercer sindicato de Catalunya, USOC, un mundo aún con fuerte presencia masculina. Recuero es una de las pocas mujeres que ostentan un cargo de alta responsabilidad en un sindicato. Fue elegida secretaria general este año después de varios meses al frente de una gestora tras la salida de la antigua dirección por falta de apoyos. Recuero sustituye en el cargo a otra mujer, Antònia Gil, lo que muestra que la USOC es una organización con tradición de presencia de mujeres en la dirección.
Recuero llegó a la secretaría general de USOC después de pasar por la trinchera del sindicato, pues estuvo varios años en Olesa de Montserrat haciendo labores de asesoramiento. Antes trabajó de cajera en un supermercado y de administrativa en el fabricante de motos KTM. “Es la suma de todo lo que he vivido –trabajar bajo las ordenes de un jefe, hacer asesoría o los estudios– lo que se utiliza para el día a día en el sindicato”. Pasó por la secretaría general de industria, lo que la consolidó en la organización y le dio proyección.
Licenciada en Derecho por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), no ha llegado a ejercer nunca de abogada. “Cuando acabé la carrera vi que no servía para defender a alguien que había robado o que había maltratado. Por eso opté por el sindicato, por la defensa de los derechos de los más desfavorecidos”, explica. Recuero ha llegado a USOC en un momento en el que está muy cuestionado el movimiento sindical después de algunos escándalos en diferentes organizaciones y de la irrupción de nuevos movimientos políticos y sociales que los acusan de formar parte del sistema. “Sí que creo que hace falta un debate sobre el modelo sindical para acercarlo a la sociedad, especialmente para conectar con los jóvenes y las mujeres trabajadoras”, señala. En este sentido, Recuero se muestra crítica con el modelo sindical que ejercen las grandes organizaciones que, a su juicio, se basa mucho en la foto y en publicitar un porcentaje de subida salarial pactada de forma genéri- ca. La secretaria general de USOC apuesta por estar más cerca del centro de trabajo y estar en contacto directo con los trabajadores y en conseguir ahí el porcentaje de incremento salarial. Eso lo consigue también porque la USOC es un sindicato mucho más pequeño que CC.OO. o UGT. Pero, aún así, la sindicalista intenta estar el máximo tiempo posible a pie de fábrica. En cualquier caso, Recuero sigue firmemente convencida de que la afiliación a un sindicato sigue siendo útil: “creemos que hay que afiliarse porque es un seguro para cualquier trabajador: tienes asesoramiento directo, servicios, puedes hacer formación y tienes la caja de resistencia”. Esa caja de resistencia es el elemento diferencial de la USOC (y del sindicato estatal USO al que está confederado) respecto al resto de organizaciones obreras. Una parte de la cuota de 13 euros mensuales que paga el afiliado se destina a una caja de resistencia, por la cual cuando un empleado está de huelga recibe unos 20 euros al día para compensar la pérdida que sufre por el dinero que le descuenta la empresa.
La organización ha saneado sus cuentas en los últimos años –según Recuero– con la filosofía de que se gasta sólo la cantidad que se ingresa. Con 13.000 afiliados y 2.500 delegados, el sindicato cuenta con un presupuesto de un millón de euros. El 90% del presupuesto proviene de las cuotas que pagan los afiliados. El sindicato ha reducido y ajustado su estructura desde que Recuero está al frente con una decena de despidos y la incorporación de delegados sindicales liberados.
Recuero está muy centrada en la acción del sindicato. Tanto que en los viajes con la Renfe desde Barcelona a Vilafranca del Penedès, donde vive en un piso que construyó la cooperativa del sindicato, se dedica a contestar correos electrónicos y avanzar trabajo. Y cuando no está ni trabajando ni en el tren, explica que intenta ir al gimnasio a hacer ejercicio con las máquinas. También le encanta ir a la playa y a tomar el sol. Recuero, de 37 años, vive sola y sigue haciéndose valer en la trinchera.
Licenciada en Derecho, no llegó a ejercer porque no se veía defendiendo a un ladrón pero sí, en cambio, a un trabajador