Guardianes de las alturas
El boom que vive la montaña en Catalunya, cada vez con más aficionados a la escalada, el senderismo, los deportes extremos o simplemente a disfrutar de unos paisajes únicos, revalorizan la labor discreta, silenciosa pero eficaz, que llevan a cabo un grupo reducido de personas que han elegido una determinada forma de vivir, alejada del mundanal ruido, y que contribuyen a mantener una riqueza natural cuya pérdida resultaría irreparable. En esta categoría se encuentran los guardias de los refugios de alta montaña del Pirineo, a los que La
Vanguardia, de la mano de la periodista Rosa M. Bosch, dedica a partir de hoy uno de sus espacios veraniegos. Quienes han afrontado el reto personal de ascender a estas cumbres saben que muy a menudo el esfuerzo merece la pena, que la sencillez de las instalaciones no está reñida con el lujo que supone la proximidad con la naturaleza indomable, de gozar del privilegio del aire puro y de una auténtica sinfonía dedicada a todos nuestros sentidos.