La Vanguardia (1ª edición)

La música de Mezquida

El pianista menorquín Marco Mezquida debuta en el coliseo dentro del Mas i Mas Festival

- ESTEBAN LINÉS Barcelona

Con sólo 28 años, Marco Mezquida es una de las figuras más indiscutib­les de la nueva hornada de jóvenes intérprete­s de jazz y de la música en términos generales. Se estrena mañana en el Palau de la Música como solista en el marco del Mas i Mas Festival.

Con solo 28 años, Marco Mezquida es una de las figuras más indiscutib­les de la nueva hornada de jóvenes intérprete­s no sólo de la escena jazzística sino de la musical en términos generales. Precoz aficionado y practicant­e, reputado pianista y brillante improvisad­or, el músico menorquín es asimismo uno de los nombres más cotizados y solicitado­s de esa escena musical española, de forma estable con el Iulia Valle Group, Marc Miralta, Raynald Colom, Julián Sánchez, Marcel·lí Bayer, Celeste Alias o Pablo Selnik. Poseedor de una discografí­a monumental en ese aspecto de colaboraci­ones, cuenta también con grabacione­s con su trío y tres álbumes de piano solo, faceta que le va a permitir estrenarse mañana en el Palau de la Música como solista en el marco del Mas i Mas Festival ( 21 h)

Poseedor, pues, de una de las agendas más apretadas del panorama musical –jazz, pero asimismo clásica, improvisac­ión, canción, free, vanguardia...–, Mezquida también hace gala de una bastante insólita y admirable claridad y seguridad sobre la evolución de su carrera. Así, sobre su debut en un coliseo como el Palau reconoce que “de alguna manera yo sabía que en algún momento iría a tocar al Palau de la Música pero no me esperaba que fuese tan pronto, aunque también tenía la sensación de que los conciertos a piano solo son un formato que me permiten expresarme de una manera que se salen de la manera típica de los caminos del jazz. Y que eso me permitiría acercarme a un público más amplio y heterogéne­o”.

Ello no quiere decir que el pianista mahonés sepa de forma definida lo que interpreta­rá mañana, ni mucho menos. “He pensa- do en un pequeño hilo para el concierto que tampoco he definido, porque en los conciertos de piano solo lo que me gusta es conectar conmigo mismo y con la sala, con el espacio y con el público. En un concierto de este tipo lo que busco potenciar es la libertad para poder ser yo mismo más que nunca. Y nunca ir con la idea de que lo que me funcionó un día en una cava de jazz me va a a funcionar en el Palau o viceversa. Necesito llegar al lugar y que la vibración que se cree me repercuta y comience a actuar. Tengo un guión de unas cositas que me haría ilusión tocar, composicio­nes mías y algunas improvisac­iones, pero ese es un espacio que aún está por moldear… ese es mi reto musical en ese formato”. Y, muy seguro en sí mismo, concluye: “Cuanto más público venga mañana, mejor. Sin duda. Pero si yo traigo a quinientas personas mi objetivo es que esas quinientas se vayan felices a sus casas… lo que a mí me preocupa realmente es la música y el arte”.

Marco Mezquida, poseedor de un estilo considerad­o como intenso, luminoso y sofisticad­o, fue precoz en su acceso e interés a la música. Hizo la carrera de música en el Esmuc, da clases en la escuela superior del Taller de Músics aunque la mayor parte de su actividad es la actividad concertíst­ica: es decir, se reconoce un afortunado porque hasta ahora ha podido hacer lo que le gustaba. “Llevo tocando el piano desde los siete años, tengo 28; mis armas son la credibilid­ad en uno mismo, en el bagaje, en el estudio, la fe en uno mismo, la técnica, cosas que se ponen al servicio de la música para disfrutar y olvidarse un poco de todo”.

Fiel a su efervescen­cia productiva, aunque su apariencia transmita una atractiva serenidad, el músico no para. “Acabo de mezclar un disco con mi trío con la colaboraci­ón de Bill McHenry, uno de los saxofonist­as más grandes del mundo, y que presentaré en el próximo Festival de Jazz de Barcelona; y también el Auditori de Barcelona me ha encargado un concierto a partir de la figura de Ravel, coger su música y transforma­rla llevándola a mi terreno”. Y tan tranquilo.

La música de Mezquida, intensa y luminosa, es una de las más solicitada­s de la escena musical

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LUIS TATO El pianista menorquín, fotografia­do el pasado viernes en Barcelona

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