Respiración y salud
Centros de día de salud mental utilizan el ‘mindfulness’ en trastornos graves para rebajar síntomas
El mindfulness, inspirado en las técnicas de meditación y en la respiración esencial, permite ahora bajar la ansiedad y el desasosiego a personas con dolencias graves.
Mindfulness en el hospital de día de los servicios públicos de salud mental de Sant Feliu de Llobregat. Después de recorrer la asistencia privada, las escuelas de negocios, las escuelas de secundaria y un largo etcétera, el mindfulness inspirado en las técnicas de meditación, en la respiración esencial y en el puro presente permite ahora bajar la ansiedad y el desasosiego a la asistencia pública y a personas con dolencias graves. También permite reducir medicación.
Funciona para que los pensamientos y las voces no venzan siempre en personas con diagnósticos severos de esquizofrenia o trastorno límite de la personalidad (TLP) o trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Ser consciente del propio cuerpo, de la respiración, aceptar lo que entra en la ca- beza sin juzgarlo permite a algunos pacientes del Sagrat Cor de Martorell y de Sant Feliu relajar la mente y seguir haciendo las cosas que le interesan sin que cada dos por tres pensamientos o voces interfieran.
Mario, 36 años, con un diagnóstico de esquizofrenia y encofrador de profesión hasta los 27 años, cuando ya no era posible seguir trabajando, encuentra “paz den- tro del caos. También voy a la iglesia, la oración me ayuda”. A Chus, 46 años, dedicada a tareas artísticas y animadora sociocultural hasta que su TLP le llevó a continuos ingresos, practica cada día un rato. “A mí me ayuda a calmar la mente, a aceptar el momento en el que estás. He mejorado mucho, soy más consciente de mi enfermedad y de lo que está pasando en mí. Los pensamientos vienen, pe- ro se van . No juzgo, no les hago caso, no dejo que hagan nido”. Reconoce que “antes se me iba la mente a cosas negativas, y cada vez más. Ahora intento conducir mi mente, decirles que por aquí, vale, pero sin más vueltas. Aprovecho cuando voy a la piscina, hago respiraciones, me sumerjo, intento dejar la mente plana”.
Xavier Reig dirige las sesiones de grupo. Es el psicólogo que coordina los centros de día de Martorell y Sant Feliu de Llobregat. Doce de sus 50 pacientes utilizan las técnicas de atención y respiración consciente para rebajar la ansiedad y dejar pasar los pensamientos que les deprimen o les alteran, para romper el círculo vicioso que empieza por juzgar lo que aparece en la mente, rumiarlo, intentar rechazarlo y vuelta a empezar. “No juzgo, no les hago
Chus y Mario explican cómo la respiración consciente calma la mente y les ayuda a aceptar lo que les pasa
caso, no hacen nido en mí”, describen los usuarios de esta terapia.
Las sesiones quincenales con las que se entrena el grupo para practicar diariamente en casa se realizan en una sala que fue cuarto de juegos y fiestas infantiles de los anteriores propietarios de Pins d’Or, una edificación noucentista obra de Sanllehy. Con las cristaleras de fondo, el psicólogo dirige la respiración, y los minutos de atención consciente, presente total, sin sitio para pensar en lo que hay que hacer mañana o lo que hicieron ayer por la tarde.
Para Mario, el ejercicio le da paz mental y una clara conciencia de lo que está pasando. “A veces no lo consigues, pero también en momentos que no esperaba hay instantes intensos de paz. A Chus le da más orden. “Es una manera diferente de usar la mente, de conducirla”.
Para muchos pacientes supone un cambio de actitud ante su propia enfermedad, les permite no dar importancia a los múltiples estímulos que a veces les abruman. Aprenden a no dar vuelta a esas voces que de vez en cuando escuchan. “En algunas personas sí permite reducir la medicación, como en el caso de Chus. En otros no, como en el caso de Mario, pero la gente repite, no se cansa de las sesiones y logran hacer cada día unos minutos. “Parar, respirar. Ser conscientes de todos los sentidos rebaja la ansiedad, la depresión y permite salir de pensamientos obsesivos en su día a día”, explica el psicólogo.