Obama hace suya la lucha contra el cambio climático
La Casa Blanca amplía su ambicioso plan de recorte de emisiones
Junto al Obamacare –reforma sanitaria– o a sus iniciativas para dar un vuelco radical en las relaciones con Cuba o Irán, el presidente de Estados Unidos persigue otro gran título para su legado: Barack Obama, el ecologista en jefe.
Hoy lunes dará a conocer la ultima versión de su ambicioso plan para recortar las expulsiones de gas invernadero. EE.UU., uno de los mayores contaminantes, se convertirá en referente para los otros líderes en ese terreno (China, India o Brasil), de cara a la cumbre de diciembre en París.
“El cambio climático no es un problema para otra generación, ya nunca más”, afirmó Obama en un vídeo publicado la noche del sábado por la Casa Blanca.
Si los borradores del 2012 y del 2014 de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) establecía una reducción del 30% en las emisiones de dióxido de carbono para el 2030, en comparación a los niveles del 2005, ahora se eleva al 32%.
Obama lo calificó como “el paso más grande y más importante que hemos tomado nunca para combatir el cambio climático”. Sostuvo que se niega a “condenar a nuestros hijos y nietos a un planeta que no puede arreglarse”.
En caso de que la oposición de los estados del carbón, sus políti- cos –incluidos demócratas– y de la industria no frenen el plan –en el Capitolio o en los tribunales–, su implantación supondrá una transformación espectacular en la producción energética.
Su aplicación supondrá el cierre de centenares de plantas alimentadas con carbón, frenar la construcción de otras muchas e incentivar un enorme incremento en la producción de energía solar, eólica y otras renovables.
Este proyecto juega en la etapa final de su gobierno un papel esencial de cara a su herencia, como lo jugó la reforma sanitaria en su primer mandato. La batalla legal se atisba comparable a la reforma sanitaria, en la que también el papel de los estados será determinante.
El texto definitivo ofrece a los estados un tiempo adicional de dos años, hasta el 2022, para completar su implantación. Dispondrán además de un año más –del 2017 al 2018– para detallar su des- arrollo y cómo alcanzar los objetivos marcados. Frente a las críticas por la pérdida de puestos laborales, la administración Obama predijo que este recorte costaría unos 8.800 millones de dólares. Pero matizó que se compensaría con el ahorro en la factura eléctrica o en la sanidad.
“El cambio climático no es un problema para otra generación, ya no lo será nunca más”, sostiene el presidente