La Vanguardia (1ª edición)

Dejar atrás a la eterna adolescent­e

Blake Lively debuta como actriz adulta, un reto que todavía intentan superar sus antecesora­s

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Blake Lively no envejece en El secreto de Adaline, la película que ahora tiene en cartelera. Vive condenada a ver cómo el resto de sus seres queridos se marchitan mientras ella permanece inmune al paso del tiempo. Pero la actriz sí puede decirse que está en un proceso de maduración. ¿La clave? Demostrar que es algo más que una it- girl fruto de un fenómeno como Gossip girl, la serie juvenil que atraía a treintañer­as curiosas por ver los bolsos llevaba Serena van der Woodsen, su personaje. Si quiere que se la tomen en serio, tiene más anti-referentes que modelos a imitar. Katie Holmes se dejó eclipsar por Tom Cruise, Mischa Barton se hundió en la desgracia y las chicas de Sensación de vivir sólo son recordadas como tales.

La capacidad de seducción de Lively no se reduce al terreno sentimenta­l, donde sorprendió ligándose a Leonardo DiCaprio cuando todavía rodaba la serie, y Hollywood parece estar dispuesta a echarle una mano. También ayuda su hu- mildad: sólo tiene miedo a encasillar­se en su imagen glamourosa, aquello que representa­ba en Gossip girl y con la que no se identifica, y que dista del rol de su antecesora televisiva, Mischa Barton (29), que procuraba llamar la atención de las revistas también fuera de las alfombras rojas. Barton, de hecho, le sirvió de advertenci­a con su polémica marcha de OC. Persiguió una carrera cinematogr­áfica con proyectos de segunda y una reputación dudosa (no mantiene precisamen­te buena relación con Ben McKenzie, su pareja en la ficción) y, cuando los fracasos se amontonaro­n, ingresó en un centro psiquiátri­co por miedo al suicidio. De esto hace seis años, un tiempo en el que ha estado desapareci­da del primer plano hasta que reapareció en abril demandando a su madre y mánager Nuala Barton. Según la actriz, le había estafado parte de sus ganancias y la echó de una casa que ella misma había pagado. Como si la vida imitara el arte, la inestabili­dad emocional y una familia complicada contribuye­ron a su halo trágico. Paradójica­mente, planea su retorno con la serie Recovery Road, so-

La actriz de ‘Gossip girl’ se ha estrenado como madre y se prepara para lo próximo de Woody Allen

bre jóvenes ingresados en centros de rehabilita­ción.

De Lively, en cambio, nadie se olvidó cuando pasó a tener un rol secundario en la industria. Estaba tomándose un año sabático después de finalizar el rodaje de Gossip girl cuando le ofrecieron el papel de Adaline y la oportunida­d de trabajar con Harrison Ford. En diciembre se estrenó en la maternidad con Ryan Reynolds y en primavera Woody Allen llamaba a su puerta para su próxima película. Y, ahora que la pequeña James tan sólo tiene siete meses, se la ha visto por Barcelona en el rodaje de All I see is you. donde interpreta a una madre ciega que recupera la vista y descubre detalles de su marido que desconocía. Otras rechazaría­n un papel para actrices aparenteme­nte mayores que ella, que tan sólo tiene 27 años, pero no teme un reto que le permita alejarse de Serena van der Woodsen, su álter ego televisivo. En su mejor momento, además, ya planea ampliar su familia sin que afecte su futuro, algo que Katie Holmes (36) fue incapaz de hacer, eclipsada por su papel como mujer de Tom Cruise y madre de Suri.

Holmes, que conste, ahora está dispuesta a aprovechar las oportunida­des que perdió tras dejar Dawson crece. Mientras rehace su vida sentimenta­l con el actor Jamie Foxx, ha optado por dejar de lado su rol sumiso y ha adoptado el rol de productora, que intercala con su trabajo como actriz. De momento, el prestigios­o conglomera­do televisivo de HBO ya se ha interesado en un proyecto suyo, que está en vías de desarrollo, y donde también ha participad­o como creadora.

Ser iconos del género no significa tener un hueco en Hollywood. Ejemplos como Michelle Williams ( Dawson crece) los hay pocos, que tuvo una hija con Heath Ledger y acumula tres nominacion­es al Oscar. Que se lo digan a Shannen Doherty (44) y Jennie Garth (43), que décadas después siguen siendo la morena y la rubia de Sensación de vivir. Pero sí ofrece una plataforma que, si se aprovecha, puede proporcion­ar una cómoda vida. Tori Spelling (42) entendió sus limitacion­es y aceptó su condición de diva trash. Al fin y al cabo, su trama más popular siempre será la virginidad que se negaba a perder en la piel de Donna Martin. Como actriz no pasa del cameo en obras de serie B. Como empresaria, se ha montado un imperio centrado en protagoniz­ar realities y escribir libros sobre su estilo de vida que se cuelan en las listas de los más vendidos. Lively, en cambio, apunta muy alto en Hollywood y está empeñada en demostrar que puede combinar un matrimonio mediático, la maternidad y una carrera de cine. Dejar atrás el fantasma de la eterna adolescenc­ia, parece un objetivo cumplido.

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Mischa Barton. Tras denunciar a su madre, la actriz de OC busca rehacer su carrera profesiona­l.
Blake Lively. Ha seguido la tradición familiar poniendo un nombre de chico a su hija James. Mischa Barton. Tras denunciar a su madre, la actriz de OC busca rehacer su carrera profesiona­l.
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Tori Spelling. Hija del mítico productor Aaron Spelling, ha amortizado su papel en Sensación de vivir.
Katie Holmes. Hay vida más allá de Tom Cruise: ahora se quiere estrenar como productora de TV Tori Spelling. Hija del mítico productor Aaron Spelling, ha amortizado su papel en Sensación de vivir.
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PERE SOLÀ GIMFERRER Barcelona
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