La gran fiesta de Fito
Fito & Fitipaldis congregan a cinco mil fans en el Guíxols Arena con su rock de alto voltaje en el marco del Festival de Porta Ferrada
Fito & Fitipaldis puso a bailar a los más de cinco mil fans congregados en el Espacio Guíxols Arena con su rock&rollera presentación del multipremiado disco Huyendo conmigo de mí.
El concierto de ayer del Festival de la Porta Ferrada arrancó con un fabuloso vídeo de animación que nos introdujo en un cementerio cuyas tumbas mostraban epitafios de las anteriores giras. La última lápida estaba reservada para Huyendo conmigo de mí. De la que salía el esqueleto de Fito y de todos los Fitipaldis.
El hombre de las patillas eternas, los pendientes de aro y la boina arrancó enardecidos aplausos con sólo pisar al escenario y arremeter con ese marchoso Viene y va seguido de Por la boca vive el pez, acompañado de su inseparable Carlos Raya (guitarrista, productor) y un Javier Alzola (saxo) en estado de gracia.
Y sus fieles seguidores, brazos alzados y móvil iluminado en mano, se notaba que tenían ganas de pasar una noche a lo grande. Y lo consiguieron.
Entre la espada y la pared, con el consabido lema de ¡Sexo, drogas, rocanrol!, dio paso a casi todos los temas de este Huyendo conmigo de mí, el sexto álbum de estudio de la banda Fito & Fitipaldis, grabado en el 2014 y con dos discos de platino en su haber. Se sucedieron Lo que sobra de mí, Pájaros disecados, Nos ocupamos del mar, Nada de nada, El vencido, Garabatos, Lo que siempre quise hacer, y esa Umore ona donde Fito nos lleva al bar Umore Ona, el templo del rock del Casco Viejo de Bilbao, a la vez que juega con las seis cuerdas en un guiño al swing de Django Reinhard, y Después del naufragio.
El de anoche fue un concierto con melodías y riffs rockeros de buen sonido y letras cargadas de filosofía vital coreadas por miles de seguidores en una fórmula que, a pesar de algunos nostálgicos de su anterior grupo, Platero y Tú, sigue dando buenos réditos
Pero tampoco faltaron los temas más conocidos de la banda, como son Soldadito marinero, La Casa por el tejado, Antes de que cuente diez, Rojitas las orejas o Siempre estoy soñando, que se han convertido en auténticos himnos que llevan al éxtasis a la juventud, como hace ya años hiciera con El roce de tu cuerpo, Voy a acabar borracho o Hay poco Rock&Roll.
En total, un repertorio generoso en el que cupo casi de todo, con un sonido que va de la contundencia del hard rock al lirismo del blues, pasando por el rock and roll y el jazz. Música que el público coreó y bailó como si Fito no tuviera en agenda volver a Catalunya –Palau Sant Jordi, 19 de septiembre.
Sí, con su cigarrillo sujeto en el clavijero de su guitarra Stratocaster azul, Fito sigue siendo uno de los mitos vivientes del rock español.