La demanda de gas y carbón se dispara por el caluroso verano
El alza del consumo eléctrico obliga tirar de los combustibles fósiles
La ola de calor, que no cesa este verano, está contribuyendo a que la demanda de tecnologías como el gas y el carbón se haya disparado para la formación de los precios en el sistema eléctrico. Algunos días, la demanda de luz se ha disparado hasta un 10% por el uso de los aires acondicionados, cuando en lo que va de año está creciendo a ritmos del 1,5%.
Desde Red Eléctrica de España (REE) advierten que ese incremento de demanda eléctrica no se produce “a lo largo de todo el día, sino en momentos puntuales”. A lo largo del 2015, las energías no renovables contribuyen en la formación de los precios con un 59,1%; mientras que en el mes de julio ese porcentaje se ha elevado al 69,9%. Buena culpa de esa realidad la tienen el carbón y el gas. En lo que va de año, la primera materia prima estaba contribuyendo a la formación de los precios en un porcentaje del 18,4%, cifra que se ha elevado en el último mes al 25,4%; mientras que los ciclos combinados, que han estado durante meses a bajo rendimiento, han pasado de aportar un 9,5% a un 14,3% en julio.
¿Por qué sucede esto? Un experto de la patronal eléctrica, Unesa, explica que “en un verano tan cálido y anticiclónico como el que estamos teniendo, las energías hidráulica y eólica no pueden cubrir la demanda, y el sistema necesita abastecerse de otras fuentes de generación, como las centrales de ciclo combinado y el carbón, además de las centrales nucleares”.
El mix de producción eléctrica (es decir, la composición de tecnologías utilizadas en cada momento para el suministro de energía eléctrica) depende de las circunstancias meteorológicas, y se adapta continuamente a ellas, así como a la demanda energética que existe en cada momento.
De igual modo sucede en los meses de invierno. Cuando llueve y hace mucho viento, las tecnologías hidroeléctrica y eólica aumentan considerablemente su protagonismo en la estructura de producción. En estos momentos, en los que se dan las condiciones meteorológi- cas opuestas, sucede justo lo contrario.
Desde el Ministerio de Industria apuntan que debido a la climatología de la primera mitad del año ha habido menos viento y agua que el año pasado, “por lo tanto la producción eólica e hidráulica ha disminuido un 6% y 30%, respectivamente”. Eso hace –explican– que “la producción con tecnologías fósiles (carbón y gas) se este incrementando significativamente respecto al año pasado (+47% carbón y +36% gas).
En cuanto a la fotovoltaica su producción es ligeramente superior a la del año pasado (+1,6%). Mientras que los ciclos combinados han generado un 36 por ciento más.
La industria fotovoltaica tiene un problema con las altísimas temperaturas. A medida que la temperatura aumenta, los módulos incrementan sus pérdidas de potencia lo que se traduce en una menor generación de electricidad. Según los fabricantes, los módulos pierden aproximadamente un 4% de potencia de generación eléctrica por cada diez grados de aumento de la temperatura exterior. Según las cifras del operador REE, “la pérdida de eficiencia de las placas fotovoltaicas está siendo del orden del 30% en el último mes”. Con lo que en momentos de gran calor, no se puede aprovechar todo su potencial.