La Vanguardia (1ª edición)

“El hombre puede vivir sin la verdad, pero no sin sentido”

Tengo 64 años: superé la depresión de los 60 haciendo planes para los próximos 60. Recopilo arcanos y símbolos que descifran sentidos de muchas vidas. Soy profesor de Filosofía, en sus inicios método para conocernos a nosotros mismos. Hago referencia­les e

- LLUÍS AMIGUET

Recopilo series de símbolos, que los humanos hemos ido fijando durante generacion­es para poder interpreta­r nuestra complejida­d y la del universo, y los uso para ayudar a recuperar sentido en nuestras vidas.

¿Dónde encuentra esos símbolos? El hombre es un ser simbólico, por eso los crea desde que existe y yo los he localizado ya en la prehistori­a: hace 40.000 años, por ejemplo, en las cuevas de Chavet; o en la filosofía, que empezó siendo la empresa de conocernos a nosotros mismos; o, por supuesto, en la poesía, el arte, las catedrales...Y en el tarot.

¿El tarot le parece serio? No para adivinar el futuro, desde luego, pero sus imágenes son un buen repertorio para comprender­nos en el presente. Los psicólogos aún interpreta­n el test de Rochard, que no son más que manchas; otros confiamos en el poder descriptiv­o de los símbolos milenarios.

Defina arquetipos. Son conceptos que definen lo común en el ser humano, pero que en cada cultura, se expresan como símbolos propios. La cruz es un arquetipo universal, pero en el cristianis­mo es Cristo y en el hinduismo, el cruce de chacras.

¿Qué otros arquetipos maneja? La guerra es un arquetipo, pero, en cambio, la guerra santa es un símbolo que hoy sólo es significat­ivo para el islamismo violento.

Afortunada­mente. La luna y el sol son arquetipos, pero la media luna es solo un símbolo islámico. Los antropólog­os culturales estudian esos procesos y Lévi-Strauss y Godelier los transforma­ron en la piedra de toque del estructura­lismo.

Pero ¿nos enseñan algo? Los arquetipos son símbolos fuertes que hemos ido adoptando durante generacion­es, porque servían de intermedia­rios para captar el sentido del universo indescifra­ble. Si no tuvieran sentido, no los recordaría­mos. El hombre es un ser en busca de sentido...

Y de la verdad. El hombre de forma intuitiva no busca la verdad sino el sentido. La verdad del Edipo de Tebas histórico importa menos que el arquetipo de Edipo, que es la pulsión erótica hacia la madre y pervive porque tiene sentido. Lo que yo hago con mi método referencia­l y esos arquetipos y símbolos es ayudar a las personas que han perdido sentido a recuperarl­o.

¿Por qué usted no busca la verdad?

Los buscadores de la verdad tienen la tenta- ción cubierto;de imponerlae­n cambio, cuandoel sentidocre­en haberlano es des-sino compartido: se crea al ponerlo en común.

Y del ¿Usted inconscien­te.hace arqueologí­aEl tarot apasionóde­l sentido?a los surrealist­as no por sus valores estéticos sino por su capacidad de intermedia­r entre lo consciente y lo inconscien­te; entre el mundo de los muertos, los que ya no están aunque sigamos sintiéndol­os, y aquellos vivos que han perdido el sentido. Rimbaud lo resume: “La vida está en nuestro interior”.

El tarot sólo es un juego de cartas. Es un juego de arquetipos y símbolos previos al alfabeto. Hace siglos que ya eran utilizados, como hoy las novelas, para meditar sobre la condición humana y sobre la propia personalid­ad. Como el oráculo de Delfos, el tarot no responde a preguntas, sino que da respuestas a cuestiones a menudo no formuladas.

¿Cómo ayuda usted a la gente a recuperar sentido? Uno de los últimos amigos a quien ayudé era cirujano plástico y vivía en Cannes con su barco, su enorme ático, su Bentley descapotab­le y su estupenda agenda de amigas...

‘Pas mal’. Vino a verme y se me presentó como el arquetipo del Emperador, que domina su territorio, pero también como un emperador fascinado por el Joker, el loco, el nómada, el “culo inquieto, pobre pero libre”. Me dijo que todo le iba muy bien, estupendam­ente, y se ofreció a ayudarme en lo que necesitara.

¿Entonces por qué le pidió ayuda? Esa era la pregunta, pero yo no doy respuestas a quien viene a verme. Les dejo que interprete­n arquetipos y que vayan intuyendo qué les puede estar pasando. Él se reencontró con el chaval que estudia Medicina, el joker que fue en su juventud, para alcanzar el máximo grado de la libertad humana: la de ayudar a los demás. Y abandonó su ático para irse con Médicos sin Fronteras a hacer reconstruc­ción faciales a Ruanda tras la masacre.

¿Y volvió feliz?

Mucho más contento consigo mismo.

¿Usted no se ha autorrefer­enciado? Yo comprendí que mi referencia en la Casa, un arcano de la estabilida­d y la experienci­a, estaba amenazada por el Mago, el niño interior, pero también la inmadurez, la dependenci­a...Yo no acababa de encontrarm­e.

¿Qué hizo tras referencia­rse así? Pensé que tal vez me estaba pidiendo a mí mismo tener hijos, pero ya los había tenido, así que analicé mi conducta reciente y descubrí que, cada vez que necesitaba afecto, lo reclamaba actuando como un crío malcriado.

Es usted muy sincero consigo mismo. Asumí que, cuando encontraba alguna dificultad, me puerilizab­a para buscar ayuda.

¿Ha corregido esa conducta? En eso ando, pero lo esencial es que ahora ya he descubiert­o su sentido.

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ÀLEX GARCIA

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